“Médicos de aldea”: la nueva propuesta para salvar a quienes sufren de hipertensión
Como sabemos, la presión arterial alta es una de las principales causas de muerte alrededor del mundo. No tanto por la hipertensión en sí, sino por las afecciones que derivan de esta presión crónica en el corazón. Tales como infartos, accidentes cerebrovasculares o problemas de insuficiencia renal.
La única forma de evitar que este asesino silencioso dañe las arterias, es vigilándolo. Es decir, realizandónos controles médicos periódicos para descartar falsas mediciones superiores a los 140/90 mmHg. Lamentablemente, ese estilo de atención médica no aplica para las personas que viven en entornos rurales, con acceso limitado a los hospitales.
Al menos hasta la llegada de los “médicos de aldea”, especializados en tratar la hipertensión.
¿Quiénes son estos ”médicos de aldea” y qué hacen?
Si nos dejamos llevar por el nombre, podríamos suponer que los médicos de aldea son personal enviado específicamente a las zonas rurales con poca cobertura médica. Pero ese no es el caso.
La idea de los “médicos de aldea” surgió hace poco en la China rural, y básicamente busca capacitar a los trabajadores de salud que ya había en la zona para que controlaran la hipertensión de sus vecinos. Con lo cual estos nuevos médicos son miembros de la comunidad, escogidos por sus pares para prescribir y ajustar medicamentos antihipertensivos. Algo así como aprendices de enfermería que saben tratar muy pocas afecciones.
Pero lejos de lo inseguro pueda sonar, un estudio reciente del Hospital Médico de Shenyang ha confirmado que estos médicos de aldea pueden evitar con éxito los casos más graves de hipertensión no controlada. Todo gracias a la prevención.
“Los trabajadores de la salud comunitarios, o “médicos de aldea”, trataron con éxito a personas con presión arterial alta no controlada en 326 aldeas en zonas rurales de China”.
Yingxian Sun, profesor en el Departamento de Cardiología del Hospital Médico de Shenyang
Durante los 18 meses de estudio, los investigadores observaron que el 57 % de los pacientes que fueron tratados por los médicos de la aldea pudieron reducir su presión arterial por debajo de 130/80 mm Hg. Mientras que el otro 43%, con claros signos de hipertensión, mantenía sus valores de riesgo estables.
Al preguntarles a estas casi 34 mil personas sobre su tratamiento, el grupo respondió que, en su mayoría, seguían un protocolo estándar. Básicamente, cuando superaban los 40 años, recibían la visita de uno de estos “médicos de aldea” en el hogar. Una vez allí, este les medía los niveles de presión arterial para prescribir el tratamiento.
Solo si la persona tenía niveles de presión arterial de 140/90 mm Hg o más altos, y no estaba recibiendo tratamiento, es que el médico de aldea le recetaba medicamentos para la hipertensión.
Las personas con antecedentes clínicos o presión arterial de 130/80 mm Hg por otra parte, eran únicamente tratados con asesorías alimenticias y chequeos regulares. Pero, al final, todos se vieron beneficiados por este protocolo básico sin intervenciones médicas.
Diferencias entre los médicos de aldea y los médicos que tratan la hipertensión en hospitales
Esto llevó a los investigadores de China a plantearse otra pregunta, ¿eran necesarios los “médicos de aldea” o solamente los “médicos en las aldeas”?
Para resolver la incógnita, dividieron los 163 pueblos rurales estudiados en dos grupos. Al primero, conformado por adultos mayores y mujeres, le asignaron especialistas de atención médica habituales. Mientras que el segundo, con adultos promedio, se mantuvo bajo los cuidados de los médicos de aldea por otro año.
Curiosamente, al final de este experimento, notaron que los médicos de aldea eran mucho más efectivos con los grupos que sufrían de hipertensión en las zonas rurales.
Los investigadores creen que posiblemente esto se debió a la confianza que los médicos de aldea generaban en los pacientes rurales. O al carisma que reflejaban a la hora de comunicarse y aconsejar a los hipertensos, en comparación con los médicos clínicos. Pero, independientemente del caso, es un hecho que los médicos de aldea han llegado para quedarse. Y no solo en China.
Poner un médico en cada zona rural podría salvar miles de vidas
La Universidad de Tulane asegura que los médicos de la aldea podrían ser efectivos a nivel mundial. Especialmente, en aquellos países con ingresos bajos en donde abundan las zonas rurales habitadas por personas mayores.
No solo por su capacidad para frenar la evolución de las enfermedades cardíacas, sino porque se trata de una estrategia de implementación viable y sostenible en el tiempo. Todo lo que haría falta es capacitar a varios miembros de la comunidad en salud cardiovascular, mediante seis meses de entrenamiento y tres de prácticas.
Sin embargo, los médicos de aldea son, de momento, solo una propuesta para salvar a quienes sufren de hipertensión. Aún queda por evaluar si en otros países son tan necesarios como en la China rural.