Astrónomos estiman que el “amanecer cósmico” de nuestro universo acabó mucho más tarde de lo que se pensaba
Nuestro universo alguna vez vivió un amanecer cósmico, que marcó el antes y el después de su existencia. Antes de que eso sucediera, todo a su alrededor era solo hidrógeno. Pero, su destino no se limitó a la niebla, sino que le esperaba un cambio colosal.
A esa luz que emergió de las estrellas los científicos le dieron el nombre de amanecer cósmico, que definió al universo emergente.
Los científicos llevan mucho tiempo investigando en qué momento el universo empezó a tener esos cambios. Hasta ahora los intentos de la ciencia han sido estimaciones borrosas basadas en datos de baja calidad.
Pero todo está por dar un giro, gracias a los investigadores del Instituto del Instituto Max Planck de Astronomía en Alemania. Este equipo usó la luz de docenas de objetos distantes llamados cuásares para disipar las incertidumbres. Por medio de ellos determinaron que las últimas grandes volutas de “niebla” de hidrógeno se quemaron mucho más tarde de lo que pensaban. El proceso habría sucedido más mil millones de años después del Big Bang.
¿Cuándo ocurrió el amanecer cósmico del universo?
Estiman los científicos que primeros 380 000 años fueron un silbido estático de partículas subatómicas. Estas se habrían congelado a partir del vacío refrescante del espacio-tiempo en expansión.
Una vez que la temperatura bajó, se formaron átomos de hidrógeno: estructuras simples que consisten en protones solitarios que se unen con electrones individuales.
Pronto todo el universo se llenó de átomos sin carga, un mar de ellos moviéndose de un lado a otro en la oscuridad infinita.
Allí, multitudes de átomos de hidrógeno neutro se acumularon bajo el empujón impredecible de las leyes cuánticas. La gravedad se hizo cargo, atrayendo más y más gas en bolas donde la fusión nuclear podría estallar.
Este amanecer cósmico bañó la niebla de hidrógeno circundante en radiación. Se produjo entonces una expulsión de electrones de sus protones, convirtiendo los átomos en los iones que alguna vez fueron. Nunca ha estado claro cuánto tiempo tomó este amanecer.
El análisis de los investigadores
Para tener una idea de cómo se produjo esta transformaación del hidrógeno ionizado en el cielo, los investigadores aumentaron el tamaño de su muestra. Entonces triplicaron el número anterior de datos espectrales de alta calidad mediante el análisis de la luz de un total de 67 cuásares.
El objetivo era comprender mejor el impacto de las bolsas más frescas de átomos de hidrógeno, lo que permitiría a los investigadores identificar mejor las ráfagas de ionización más distantes.
Según sus propias cifras, los últimos restos del hidrógeno original cayeron ante los rayos de luz estelar de primera generación alrededor de 1100 millones de años después del Big Bang.
Hasta hace poco se pensaba que la reionización se completó casi 200 millones de años antes. Pero la nueva evidencia sugiere que el proceso terminó mucho más tarde.
Probablemente, con las nuevas tecnologías se pueda aclarar aún más no solo cuándo terminó esta época, sino también proporcionar detalles críticos sobre cómo se desarrolló.