¿Cómo se calcula la edad biológica? Así funcionan los relojes epigenéticos

Como sabemos, las arrugas y las manchas en la piel son un claro indicio de la edad cronológica. Pero muchas veces esta cifra en nuestro documento de identidad no coincide con el ritmo al que envejecen nuestras células, la llamada “edad biológica”. Es por eso que los científicos han buscado maneras de calcular también este factor molecular, llegando a dos posibles métodos: escanear los ojos de la persona o utilizar los llamados relojes epigenéticos para medir la edad. 

Gracias a la tecnología y la inteligencia artificial, ambas opciones son efectivas al momento de cuantificar el envejecimiento biológico de nuestro cuerpo, e incluso predecir la mortalidad. Sin embargo, para los científicos los relojes epigenéticos son el estándar de oro para poder prolongar la vida de quienes han superado los 80 años.  

Pero, ¿qué son los relojes epigenéticos? 

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Contrario a lo que su nombre insinúa, los relojes epigenéticos no son relojes. En realidad son análisis moleculares de sangre o tejido que cuantifican con precisión el envejecimiento celular.  

En teoría, son bastante parecidos a lo que sería un perfil de laboratorio. La única diferencia es que, en lugar de medir el plasma, estos “relojes” utilizan fórmulas matemáticas para identificar una porción del ADN conocida como ‘islas CpG”. 

Cuando acumulamos muchas islas CpG que no están metiladas, los genes esenciales del cuerpo se desactivan. Como resultado, los anticuerpos comienzan a atacar a los órganos, afectando sus procesos vitales y acortando la esperanza de vida de esa persona. Por lo tanto, son estructuras fundamentales para entender el envejecimiento. 

Existen diferentes tipos de relojes. Unos que predicen mejor la edad biológica en animales, y otros en humanos. Sin embargo, el reloj epigenético que mejor calcula la edad sigue siendo el modelo diseñado por Steve Horvath en 2013. El pionero que desarrolló esta herramienta tras identificar los patrones de metilación en el ADN humano. 

La metilación de las células es el marcador más preciso de la edad 

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Horvath descubrió la metilación, es decir el proceso de envejecimiento que ocasionan las islas CpG, observando cómo se movía la arena a través de un reloj de arena. De allí el nombre tan particular de este análisis. 

“A medida que envejecemos, ciertas partes del ADN ganan metilación y otras partes pierden metilación. Son realmente millones de ubicaciones de ADN que van debilitando las células”.

Steve Horvath, genetista en la Universidad de California 

Al traducir estos patrones en fórmulas matemáticas, el científico logró rastrear por primera vez cientos de lugares con baja metilación. Lo que le permitió estimar la edad biológica de cientos de personas, usando únicamente la sangre. 

Desde entonces, el modelo de reloj epigenético de Horvath (la fórmula matemática) se ha utilizado para medir la edad celular durante décadas. En la mayoría de los casos, debido a que es mucho más cómodo de realizar, pues solo es necesario mandar una muestra de ADN al laboratorio. Aunque ciertamente ofrece una mayor ventaja, y esa es la posibilidad de prevenir el desarrollo de enfermedades o los rasgos físicos del envejecimiento. 

¿Podemos frenar el reloj biológico con fórmulas matemáticas?

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A diferencia de las mutaciones, las metilaciones son cambios potencialmente reversibles dentro de las células. Con lo cual una detección temprana, utilizando relojes epigenéticos, podría reducir el envejecimiento acelerado que inician las células a la edad de los 30 años. Esto mediante un mayor control de la ingesta alimentaria, una mayor actividad física, o el uso de tratamientos farmacológicos para prevenir ciertas enfermedades arraigadas a la persona. 

No obstante, reducir el envejecimiento no es lo mismo que revertirlo.  

Los relojes epigenéticos solo pueden decirnos cuál es nuestra edad biológica, y que podríamos hacer para evitar un mayor deterioro celular en caso de que esta sea mayor que la edad cronológica. Bajo ningún concepto, estas pruebas pueden lograr que el ser humano viva por siempre.  

“Digamos que un médico ordena una prueba de reloj epigenético e indica que un paciente es mayor de lo que debería ser, ¿qué debería decir el médico? No hay cura que puedan prescribir”, más allá de repetir los consejos de salud convencionales”.

Steve Horvath 

Por lo tanto, podemos tomar a esta herramienta como otra clase de medidor para determinar qué tan buena es nuestra salud (peso, presión arterial, azúcar en sangre, etc). No como un contador para fechar nuestro año de muerte, ni como un Santo Grial para ser “biológicamente” jóvenes. 

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