Cambio climático, una chispa incendiaria en el oeste de Estados Unidos

Por Silvia Celi/Radio Francia Internacional

Los incendios forestales que se extienden por la costa oeste de Norteamérica, desde Canadá hasta México, han dejado ya más de 30 muertos desde el principio del verano boreal. Muchos expertos estiman que los incendios actuales están vinculados al cambio climático.

Los incendios forestales son una combinación de muchos factores: sequía, vientos extremos, olas de calor, tormentas. Todos estos factores pueden ser exacerbados o intensificados por el cambio climático que puede provocar olas de calor más intensas, temperaturas más altas, que las sequías produzcan más combustible para los incendios. La comunidad científica está globalmente de acuerdo en que, aunque los incendios forestales son naturales, el cambio climático puede prolongar la temporada de incendios y que sea más intensa. Eso se está observando desde hace un buen tiempo”, explica Lorenzo Labrador, oficial científico de la Organización Meteorológica Mundial.

Menos frecuente e intensa que en su vecino Estado de California, en el Estado de Oregón también hay una temporada de incendios forestales, sin embargo, “esta última ha sido una de las más intensas. Esto se debe a una combinación de factores”, explica Labrador.

“Están en juego la misma sequía y la misma cantidad de vientos fuertes que afecta al Estado de California, pero en el Estado de Oregón también interviene el hecho de que la gente quema de basura y desperdicios. De manera que la mano del hombre, sumada a la sequía y a las altas temperaturas también genera incendios además de los naturales”, añade.

Los incendios forestales no solo destruyen árboles, plantas, animales y una biodiversidad ya bastante golpeada por el ser humano. Sus efectos acaban siendo nocivos para la propia humanidad.

Buena parte de las emisiones de los incendios forestales no se ven necesariamente. La parte visibles es generalmente vapor de agua y gin, producto de la quema de la madera y de las horas, pero hay una cantidad de emisiones asociadas a los incendios forestales que no son visibles pero que son tóxicas y que afectan la salud humana de manera crítica, en particular para las personas que padecen de problemas cardiovasculares y afecciones respiratorias. Esa es una de las razones por las que se está evacuando a la gente. Alejarla del fuego es importante, pero apartarla de las emisiones tóxicas que degradan la calidad del aire lo es también. Es un problema que se presenta en cualquier lugar del mundo en donde hay incendios forestales”, comenta este científico.

Chispas en Oregón, cenizas en Europa

“Hay una serie de imágenes de satélite muy recientes que muestran que parte de la nube de humo de los incendios forestales en California y en Oregón, han logrado cruzar todo el continente americano por el norte, han sido atrapadas por la corriente de chorro de las latitudes septentrionales, en el norte, y atravesaron todo el Atlántico. Se ha visto que parte de esas emisiones están empezando a llegar Europa por la parte norte de las islas británicas y el norte del continente europeo. No llegaran con la misma concentración que se ven en Norteamérica, pero si hay posibilidades de que estén llegando y de que sean detectadas. Eso demuestra que fenómenos como incendios forestales fuertes, no limitan sus efectos solamente en el lugar en donde se producen, sino que pueden llegar tan lejos como a otro continente, que es lo que está ocurriendo ahora”, concluye Lorenzo Labrador, oficial científico de la Organización Meteorológica Mundial.

 

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