De Chopin a Juana de Arco, estas son las enfermedades que pudieron modelar la vida de cuatro personajes históricos

Los avances de la ciencia han llevado a que en los últimos siglos se hayan descubierto un gran número de enfermedades que ya existían mucho antes, pero eran imposibles de identificar. Las personas que las padecían recibían diagnósticos erróneos o incluso eran tachados de individuos excéntricos, raros o malhumorados. Es el caso de las enfermedades de personajes históricos.

Muchas no pudieron ser detectadas en su momento, pero con el paso de los años algunos científicos han realizado análisis genéticos o simplemente han clasificado los síntomas después de leer numerosos escritos de la época. En algunos casos es imposible saber si las teorías actuales se corresponden con las patologías que realmente les atormentaron. No obstante, explican muchos de los problemas que atravesaron a lo largo de su vida y, ¿por qué no?, también algunas de las obras o hazañas por las que llegaron a ser tan importantes.

 

Enrique VIII: no todas las enfermedades de personajes históricos son de nacimiento

enrique VIII

Al hablar de enfermedades de personajes históricos, también podemos referirnos a lesiones causadas por accidentes. Enrique VIII es conocido por haber sido uno de los reyes más violentos y tiranos de la historia de Europa.

 

No solía contentarse mucho tiempo con la misma mujer e incluso mandó ejecutar a dos de sus seis esposas. De la primera solo quiso divorciarse, pero al recibir la negación de la Iglesia, optó por dedicarse a ahorcar y descuartizar católicos.

Era un monstruo en toda regla. Pero, curiosamente, no siempre fue así. La mayoría de documentos de la época narran este tipo de comportamientos a partir de 1536. Antes de ese año se le describía como un hombre amable, prudente, gentil y sabio. Prácticamente otra persona. ¿Qué pudo ocurrir entonces?

Basta con indagar un poco en los registros de la Inglaterra del siglo XVI para descubrir que ese año el rey tuvo un accidente mientras competía en una justa. Su contrincante lo tiró del caballo, como venía siendo habitual en este tipo de torneos, pero con la mala suerte de que el animal también cayó sobre él. Al parecer, tuvo una grave contusión cerebral, que pudo ser tratada por los médicos de la corte. A partir de entonces no solo se volvió más agresivo, sino que también comenzó a tener algunos comportamientos extraños, como preguntarle a uno de sus guardias dónde se encontraba su mujer. Estaba extrañado por no encontrarla en palacio, a pesar de que él mismo acababa de mandar que la encarcelaran.

Además, otra de sus esposas confesó a su cuñada en las cartas que le enviaba que el monarca padecía una gran disfunción eréctil. No es posible saber si todo esto se debió al golpe en la cabeza, pero son muchos los expertos que coinciden en que es más que probable.

Vincent Van Gogh y la porfiria

El pintor holandés, famoso por cuadros tan importantes como Los girasoles o La noche estrellada, tuvo una vida muy atormentada. Murió joven, con 37 años, después de años de problemas emocionales, acompañados del diagnóstico de trastornos como la sífilis, la esquizofrenia o la epilepsia.

Solía contar en sus cartas a amigos y familiares que a menudo padecía insomnio, palpitaciones, debilidad muscular y dolores en las extremidades. El culmen de sus problemas emocionales llegó cuando él mismo se cortó la oreja en una de sus crisis. Hay diferentes teorías sobre la razón que pudo llevarle a hacer algo así, desde una discusión con dos amigos hasta el anuncio del matrimonio de su hermano, que podría distanciarse de él después del casamiento. Sea cual fuese la causa, lo que está claro es que estaba al borde de sus fuerzas, por motivos que nunca se esclarecieron al completo.

Pero a día de hoy la hipótesis más aceptada es que podría padecer una enfermedad rara, llamada porfiria aguda intermitente. Es un trastorno hereditario metabólico, que a menudo puede permanecer oculto durante la vida adulta y que, según un estudio publicado en 2004, podría explicar todos sus síntomas.

La razón de la frágil salud de Frederic Chopin

Otro caso interesante de enfermedades de personas históricos es el de Chopin. Al igual que Van Gogh, el compositor polaco falleció a una edad muy temprana, con 39 años.

 

Durante toda su vida tuvo una salud frágil, marcada por numerosos problemas respiratorios y digestivos. Vivía además en una eterna melancolía, que incluso puede leerse en algunas de sus obras de piano más ilustres, como los famosos nocturnos. No había más que ver su aspecto, muy delgado y pálido, para saber que algo no iba bien. Algo que su cuerpo no pudo soportar, por lo que terminó falleciendo después de una de sus recaídas.

Los médicos de la época determinaron que se trataba de varios episodios de tuberculosis. Sin embargo, estudios posteriores de científicos actuales concluyen que probablemente se trataba de alguna enfermedad que no se hubiese descubierto en ese momento. Las dos teorías más aceptadas apuntan a fibrosis quística o deficiencia de alfa-1 antitripsina.

No obstante, con el tiempo se ha sabido que quizás los galenos que lo atendieron en su momento no estaban tan equivocados. Y es que, casi 170 años después de su muerte, un estudio de su corazón, que permaneció conservado en cognac, ha permitido esclarecer que muy probablemente falleció por una pericarditis causada por la tuberculosis.

Enfermedades de personajes históricos y las voces: el caso de Juana de Arco

Juana de Arco es conocida por haber sido una gran soldado, convertida en heroína francesa en la Guerra de los Cien años. Pero también por asegurar sin reparos que podía hablar con Dios y algunos santos.

Dejando a un lado las creencias más que respetables de cada persona, con el tiempo muchos científicos han sospechado que aquellas experiencias religiosas de Juana eran en realidad fruto de alguna enfermedad. Concretamente se sospecha que se trataba de epilepsia parcial idiopática.

Esta es un tipo de epilepsia que afecta a la parte del cerebro encargada de la audición, provocando alucinaciones auditivas a los pacientes.

Un detalle que ha llevado a algunos investigadores hasta esta sospecha es que la mujer aseguró en más de una ocasión que el sonido de las campanas a menudo precedía la llegada de las voces que le hablaban. Se sabe que los “ataques” a estos pacientes muchas veces están impulsados por ciertos estímulos auditivos, como podrían ser las campanadas.

Lo único que no cuadra es que este tipo de episodios en pacientes epilépticos no suelen ser tan frecuentes como las experiencias descritas por Juana.

Podría ser, por lo tanto, alguna otra enfermedad, como la esquizofrenia. De hecho, esta es una de las teorías más repetidas para explicar enfermedades de personajes históricos.

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