COVID 19: MIEDO, CONFORMISMO Y OBEDIENCIA

Ante cualquier desastre, desgracia o pandemia en la sociedad,  en el comportamiento humano se manifiestan más las actitudes negativas que las positivas. Aquello que violenta a la sociedad no se ve como reto sino como una derrota adelantada.

Ante la adversidad, la naturaleza humana responde con miedo, incredulidad, apatía y de plano con total pesimismo y sometimiento. Es sabido, y está demostrado, que los poderes abiertos y encubiertos, fácticos y reales, políticos o económicos, locales o externos, utilizan el miedo social como eficaz instrumento de control.

Miedo y control van de la mano. En el pasado los poderes económicos y políticos para imponer miedo y control se valían de las leyes dictatoriales, las cárceles, las policías, el ejército en mayor medida. Pero la  etapa posmoderna del mundo reclama e impone nuevos instrumentos para promover el miedo entre los ciudadanos y llegar al control de las masas.

Los nuevos instrumentos son las epidemias y pandemias, el racismo, la exclusión social, la discriminación, el miedo al desempleo, a la inflación, miedo a la escasez, miedo a las devaluaciones, miedo a la brecha creciente entre los que tienen y los que no tienen, miedo a la desinformación (Fake-News).

Todas son nuevas formas para imponer miedo y luego control, medidas que le son necesarias a una sociedad que se derrumba debido a sus propias contradicciones internas. La sociedad capitalista que vivimos se produce y se reproduce gracias a la existencia de las crisis y el conflicto que resultan del agotamiento de sus modelos económicos.

Se genera miedo social para provocar una parálisis social y con ésta el mayor control por  los poderes, control que será más eficiente y duradero. La parálisis social supone el miedo, el pesimismo, la obediencia, el conformismo, supone la quietud en vez de la movilización. Supone el arrinconarse y claudicar ante la amenaza de la muerte. Recordemos el miedo más grande del hombre es a la muerte. Nos arrodillamos ante los fantasmas del miedo, las amenazas, la incertidumbre.

Alguien gana y alguien pierde cuando hay miedo generalizado. Al parecer, el miedo invade todos los ámbitos de la sociedad. Y al final de cuentas, tenemos una sociedad pesimista, deprimida emocional económicamente, inmovilizada, despolitizada y en una constante evasión. Ahí tenemos el consumismo como evasión y ansiedad, la agresión al semejante como frustración y resentimiento, el aislamiento radical como supuesta protección ante los fantasmas atormentadores del Covid 19.

Estar dispuestos a la obediencia a los dictados de las autoridades administrativas y sanitarias, ellos mandan, ellos deciden, ellos controlan.

Así estamos y así nos va.   

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *