DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

La universidad pública en general, tiene una función social determinante que no debe debilitarse ni cuestionarse. Algunos analistas señalan que las instituciones de educación superior son un bien público y por lo mismo, deberá vigilarse y protegerse por el mismo sector público, es decir, por el Estado y todos los sectores sociales.

La política de “Austeridad Republicana” que pregona el gobierno de la 4T, cuestiona a la universidad pública al aplicarles una política de recortes financieros con el argumento de que algunas gastan demasiado y otras son corruptas. Es incorrecto hacer una generalización y meter en un mismo costal a todas las universidades públicas del país. Al gobierno federal y en particular a la SEP les hace falta hacer el diagnóstico preciso y completo de las universidades del país separando las que registran un alto costo en la relación costo-alumno de las que tienen un bajo nivel en esa relación.

La UAZ se caracteriza por ser de las universidades donde la relación costo alumno es de la más bajas en el país. Obviamente la relación costo-alumno se convierte en un indicador de muchos otros como por ejemplo la relación entre las aportaciones financieras federales y las aportaciones estatales a la universidad. Otro factor a considerar es el nivel de desarrollo de la economía estatal en cuanto a la composición del Producto Interno Bruto Estatal que determina los volúmenes de contratación de mano de obra especializada y no especializada que egresa de las universidades.

No se entiende que la educación superior en nuestra entidad y en el país es un factor determinante de desarrollo económico y social. La educación universitaria no es un gasto, es una inversión productiva, se ha dicho hasta el cansancio. Pero los gobiernos en sus distintos niveles hacen oídos sordos a ese principio y buscan más un fin utilitarista y eficientista que un fin social y la vitalidad presente y futura de la educación pública.

A la universidad pública hay que defenderla y apoyarla siempre y en todo momento. Defenderla de los intereses electorales de los Partidos Políticos, defenderla de los actores internos corruptos y arribistas, defenderla de los simuladores académicos y trabajadores, defenderla de los sindicatos maniobreros. Y apoyarla para que cada vez tenga más recursos financieros porque cada año crece su matrícula, apoyarla con el respeto y la solidaridad de todos los sectores sociales; los obreros, empresarios, agricultores, ganaderos, empleados, campesinos, amas de casa, etc. A largo plazo todos ellos serían beneficiarios del buen funcionamiento de la universidad pública.

Y se entiende por buen funcionamiento de la universidad, que tenga el financiamiento necesario y pertinente, el mejor nivel académico de maestros y estudiantes, la responsabilidad de sus trabajadores y administrativos, la vigencia de proyectos de investigación viables y confiables. Es cuánto. 

 

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