¿Cómo el encierro puede provocar una sensación similar al Día de la marmota?

Por naturaleza, los humanos somos seres sociales, nos encanta compartir e interactuar con otras personas. Es por ello que cuando somos presos del encierro tendemos a presentar alteraciones en nuestro estado de ánimo, problemas para conciliar el sueño, ansiedad e incluso miedo por el futuro. Muchas de esas sensaciones se han vivido a raíz de la pandemia ocasionada por el COVID-19. Sobre todo en países como Australia, donde un nuevo brote del coronavirus ha ocasionado que el gobierno de este país confine a sus habitantes al encierro.

Durante el bloqueo es inevitable sentir que los días se mezclan entre sí y, que no hay diferencias entre uno y otro. Esa sensación puede provocar sensación similar a la que sintió el personaje de Bill Murray en El Día de la marmota, donde el mismo día se repite una y otra vez, afectando su percepción del tiempo e incluso la memoria.

 
 

El encierro afecta nuestras capacidades cognitivas

Campamento en medio de la montaña
Las experiencias que se viven en entornos pocos comunes son las que más recuerdan

Según los expertos, los seres humanos tendemos a memorizar mejor las experiencias (incluso, si son similares) que se viven en diferentes contextos. Por ello es que recordamos con mayor claridad lo que nos sucede en vacaciones, viajes imprevistos o simplemente en lugares que no visitamos con frecuencia.

No obstante, el confinamiento provoca todo lo contrario. Cuando no encontramos encerrados, las actividades se realizan bajo el mismo contexto, rodeado de las mismas paredes, muebles y posiblemente personas. Precisamente por ello nos aburrimos y no creamos recuerdos gratos.

Este experimento logró cambiar la percepción del tiempo de algunas personas

Una chica viendo un reloj

Esa falta de percepción del tiempo provocó que los psicólogos estadounidenses Lili Sahakyan y James Smith llevaran a cabo un experimento que les permitiría medir el tiempo transcurrido en un momento dado.

En concreto, solicitaron a un grupo de participantes que aprendieran palabras de tres listas diferentes. Durante el ensayo, “algunos participantes experimentaron un cambio de contexto mental entre cada lista, por lo que se les pidió que pensaran en otras cosas además de la lista anterior”, explican los investigadores.

Por otro lado, un segundo grupo de participantes no experimentó el mismo cambio de contexto, por lo cual se les pidió que mantuvieran en mente la lista anterior. Ciertamente, no lograron conseguir los mismos resultados que el restos de los participantes al no poder visualizar la misma cantidad de palabras.

Cambiar de contexto mejora la memoria

Tras el experimento, los investigadores concluyeron que la variedad de contextos mejora las funciones cognitivas asociadas con la memoria. Básicamente, porque esta actividad impactó positivamente en la percepción que estas personas tenían del tiempo. De hecho, el grupo que vivió el cambio de contexto manifestó una experiencia más duradera (un minuto más larga) en comparación con el grupo que no experimento variación entre listas.

Así que, para no sentirnos como Bill Murray en El Día de la marmota, evitar esa sensación de que los días se hacen eternos y que se mezclan entre sí, la solución más clara es generar un cambio en nuestro entorno y variar nuestras actividades diarias.

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