Entra en vigor el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares sin las potencias atómicas

Texto por:Lucía Valentín/RFI

Este viernes entró en vigor el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, auspiciado por Naciones Unidas pero sin la firma de los nueve países que poseen la bomba atómica. Los militantes en favor de la abolición de las armas nucleares creen que es útil porque da visibilidad a la lista de países que cuentan con un arsenal atómico y les somete a una cierta estigmatización.

La entrada en vigor del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares tiene lugar exactamente 90 días después de la última ratificación del texto por parte del país número 50, que fue Honduras en octubre. Por el momento de los más de 120 Estados que participaron en la aprobación del pacto, 86 han firmado el documento y 52 han finalizado su ratificación, entre ellos muchos latinoamericanos.

Pero entre los firmantes no está ninguno de los nueve Estados que poseen un arsenal nuclear. Por un lado están los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Rusia y China, que reconocen oficialmente poseer la bomba atómica. También se sabe que India, Pakistán, Israel y Corea del Norte tienen armas nucleares.

Los promotores del tratado, con la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, según sus siglas en inglés), a la cabeza esperan que el alto número de ratificaciones empujen a estas potencias hacia una desnuclearización paulatina.

Cabe señalar que entre los firmantes no hay ni un solo miembro de la OTAN, que son la mayoría de países de Europa. Varios de esos Estados tienen armas nucleares estadounidenses estacionadas en su territorio y la Alianza Atlántica, como organización, se opone al instrumento, apuntando a la falta de mecanismos de verificación.

 

El texto tampoco ha sido ratificado por Japón, el único país del mundo que sufrió la bomba atómica, ya que cuestiona su eficacia mientras las potencias nucleares no se sumen a él.

Del lado de la ONU, su secretario general Antonio Guterres ha señalado que “el tratado representa una etapa importante en el camino hacia un mundo exento de armas nucleares y da fe del apoyo resuelto que provocan las iniciativas multilaterales de desarme nuclear”.

Por su parte el papa Francisco indicó esta semana que el tratado es “el primer instrumento jurídicamente vinculante que prohíbe explícitamente estas armas, cuya utilización tiene un impacto indiscriminado, afecta a un gran número de personas en poco tiempo y causa daños a muy largo plazo en el medio ambiente”.

 

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