¿Estamos más cerca de predecir las próximas erupciones volcánicas?

Sabemos cuándo habrá un huracán, tenemos avisos sobre tsunamis y la previsión climatológica ya es parte de nuestro día a día. Sin embargo, los volcanes son impredecibles, ¿o no?

El equipo de la doctora Eleonora Rivalta, del GFZ German Research Center for Geosciences, ha desarrollado un nuevo método para predecir las erupciones volcánicas y lo ha hecho con la ayuda de los Campos Flégreos, en Italia. Además, parece que esta manera de predecir erupciones puede ser acertada, según apuntan en el estudio publicado la semana pasada en Geophysics. El modelo desarrollado por Rivalta ha sido capaz de predecir la zona de su última erupción, en 1538, con los datos de las anteriores.

Los Campos Flégreos ocupan unos 100 kilómetros cuadrados y se encuentran a nueve kilómetros de Nápoles (Italia). Se trata de una caldera volcánica, pero ¿qué es? Una caldera volcánica se forma porque una cámara magmática se ha hundido o por un deslizamiento. En definitiva: cuando una erupción volcánica vacía una cámara de magma, el peso de la roca de arriba puede derrumbarse y formar una caldera, a veces de muchos kilómetros de ancho. La mayoría de las veces, el magma continúa acumulándose bajo tierra y finalmente llega a la superficie.

Sin embargo, en vez de hacer como los volcanes en forma de cono y salir despacio cerca de la cima, en estos casos suele salir a través de una ventilación lateral, con consecuencias desastrosas para cualquiera que viva en ese lado del volcán. Otro ejemplo de volcán de este tipo es el de Las Cañadas, en Tenerife (Islas Canarias).

 

¿Por qué es importante estudiar esta caldera volcánica? En 2017 se publicaba que la caldera muestra signos de intranquilidad desde hace 67 años, con pequeños terremotos y elevaciones del suelo: “Hubo episodios de particular intensidad en las décadas de 1950, 1970 y 1980”, indican en Investigación y Ciencia. Los dos años clave fueron 1970 y 1983, cuando se tuvo que evacuar a decenas de miles de personas. “Fenómenos sísmicos y de elevación del suelo particularmente intensos y veloces precedieron a la última erupción de la caldera, la de 1538, que creó el cono volcánico conocido como Monte Nuovo”.

 
 

La tensión acumulada en las rocas tiene que salir por algún lugar y, por eso, la roca comienza a romperse. Si la tensión continúa, terminará rompiéndose y se crearán fracturas. En estas condiciones lo más probable es que haya una erupción.

 

Y eso es lo que tratan de predecir los investigadores con este nuevo trabajo: la próxima erupción del volcán. Hasta el momento, con los datos de los 80 respiraderos que ha usado el volcán en los últimos 15.000 años consiguió predecir correctamente el lugar de la última erupción, que no se había metido en el análisis para saber si el método usado era correcto. Y así fue, a pesar de que dicha erupción ocurrió lejos de sus predecesores inmediatos.

 

“Nuestro método combina física y estadística: calculamos las rutas de menor resistencia para el magma ascendente y ajustamos el modelo en función de las estadísticas”, explica Rivalta en un comunicado de prensa. “Si nuestro método funciona bien en otros volcanes también, puede ayudar a planificar el uso de la tierraen áreas volcánicas y pronosticar la ubicación de futuras erupciones con mayor certeza de lo que era posible”, concluye.

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