Este sería el motivo por el cual los sapos calabaza son tan torpes para saltar

Los sapos calabaza son diminutos y algo torpes para saltar y controlar sus aterrizajes. Una nueva investigación sugiere que este déficit de coordinación tiene sus raíces en los pequeños canales del oído interno que guían su equilibrio.

Muchas otras especies de sapos y ranas comparten esta característica con los sapos calabaza. Por ejemplo, las ranas de Nueva Zelanda y las ranas con cola. Ambas especies son torpes al saltar, como los sapos calabaza, y tampoco pueden controlar su aterrizaje.

Sin embargo, en esta ocasión los investigadores se centraron en los sapos calabaza para descubrir el porqué de su torpeza.

Los sapos calabaza son originarios de Brasil, llevan el nombre científico de Brachycephalus rotenbergae y miden 1 centímetro de largo. Los investigadores descubrieron que son igualmente torpes que las otras dos especies, sin embargo, no estarían emparentadas. Ellos suponen que esa característica podría estar ligada más a su pequeño tamaño que a un comportamiento ancestral.

Vía journal.plos.org.

¿Por qué los sapos calabaza son torpes al saltar y aterrizar?

Con la intención de averiguar qué había detrás de estas características, los científicos decidieron investigar a esta y otras especies.

Al ser animales diminutos, los canales semicirculares del oído interno también se hacen más pequeños. Por lo tanto, el líquido del interior no fluye tan fácilmente a través de los conductos. Esto provoca una reducción de la sensibilidad a los cambios en la rotación del cuerpo.

 

Para ver cómo esto podría afectar la postura de aterrizaje, los científicos realizaron exploraciones de rayos X tridimensionales de los canales semicirculares de 147 especies de ranas y sapos. El estudio abarcó a todo el rango de tamaño de las especies vivas. Descubrieron que los sapos Brachycephalus tienen los canales más pequeños entre los vertebrados.

El análisis de video de alta velocidad de sapos calabaza saltando reveló que el cambio en la velocidad de rotación fue más bajo en la etapa de “vuelo” del salto. Esto significa que, con sus canales auditivos poco sensibles, a los sapos les puede resultar más difícil rastrear y controlar cómo se mueven sus cuerpos en esta fase, y terminan en la orientación incorrecta cuando aterrizan. En trabajos anteriores, los sapos con conductos auditivos dañados quirúrgicamente aterrizaron con una torpeza similar a Brachycephalus.

Pero no todo es malo con estos sapos, pues tienen estrategias muy interesantes para escapar de sus depredadores. Estos anfibios suelen ser tóxicos, poseen buen camuflaje o están fortificados con huesos engrosados ​​en el cráneo y la espalda.

Lo que aún se desconoce de esta especie es si su equilibrio aéreo es igualmente pobre como su aterrizaje. Quizás esto sea materia de investigación en estudios futuros.

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