Este virus puede alterar el comportamiento sexual de los gusanos redondos

El éxito de la reproducción de la mayoría de las especies depende de una amplia variedad de factores que puede resumir en la atracción física, la salud y los factores ambientales. En este sentido, el caso de los gusanos redondos Caenorhabditis elegans es digno de atención, pues su comportamiento sexual cambia sustancialmente en presencia de un patógeno llamado virus de Orsay.

Los investigadores de la Laboratorio de Nematología de la Universidad e Investigación de Wageningen han encontrado evidencia de ello en un estudio reciente. Y, según sus hallazgos, los gusanos se comportan de forma un tanto similar a los humanos cuando hay infecciones en juego: los machos de esta especie se sienten menos atraídos sexualmente por las hembras infectadas con el patógeno.

La influencia de los virus en la reproducción de las especies

Los científicos estaban al tanto de que la presencia de patógenos puede afectar el éxito reproductivo de las especies; de hecho, hemos visto cómo algunos animales practican el distanciamiento social para evitar contagiarse enfermedades infecciosas. Sin embargo, los mecanismos subyacentes eran confusos.

Para aclarar un poco el panorama, usaron como modelo base el gusano C.elegans y el virus de Orsay. Este último es conocido por enfermar a los nematodos, aunque no de forma exclusiva, pues pertenece al grupo más amplio de nodavirus que pueden infectar tanto a mamíferos como a insectos.

“Los patógenos tienen una enorme influencia en la biodiversidad de las especies”, dijo la microbióloga Lisa van Sluijs, autora del estudio. “Pero hasta ahora no sabíamos cómo los microorganismos adaptan su comportamiento sexual a la presencia de un patógeno”.

El comportamiento sexual de los gusanos cambia con el virus Orsay en juego

Comportamiento sexual de los gusanos cuando hay un virus infectando a las hembras.
Crédito: Universidad de Wageningen.

Ella y su equipo observaron cómo los machos eran capaces de identificar a las hembras infectadas con el virus en el laboratorio. Mientras las evadían, se interesaban más por las hembras que no estaban infectadas con el patógeno. Con ello, quedaron convencidos de que el virus era capaz de modificar el comportamiento sexual de los gusanos.

También hubo una mayor descendencia masculina tras los “apareamientos” entre individuos sanos. Los investigadores lo interpretan como “una mayor actividad de apareamiento” pues los machos solo “nacen” de la unión entre una hembra y un macho.

El papel de los machos en la reproducción y supervivencia de los gusanos al virus

 

Para comprender mejor las implicaciones, vale mencionar algunas cosas. En la especie C.elegans, las hembras hermafroditas producen tanto óvulos como espermatozoides, y parece que prefieren reproducirse por autofecundación en lugar de aparearse con un macho. Solo cambian su dinámica cuando no pueden producir espermatozoides por sí solas.

“Esta es una de las razones por las que los machos son tan raros; las hembras son masivamente dominantes en la población y la población muestra relativamente poca variación genética”, explica Van Sluijs. Sin embargo, las observaciones sugieren que esto puede cambiar cuando un virus entra en juego.

Después de aparearse con un macho, la mitad de la descendencia de las hembras será macho. Pero si muchas hembras se infectan con el virus, las hembras sanas se verán en la necesidad de aparearse con machos y el resultado serán más de ellos. Y ya que estos son menos vulnerables al virus que las hembras, la presión de su propagación puede empezar a disminuir con el tiempo, favoreciendo la supervivencia de la especie.

Un conocimiento útil para proteger los cultivos de gusanos parasitarios

 

Probablemente pocos le vean utilidad a aprender sobre el comportamiento sexual de los gusanos, pero el hecho de que haya un virus capaz de modificarlo quizás genere más interés.

Y es que en los organismos que se reproducen tanto por autofecundacióm como por apareamiento, los machos suelen considerarse “superfluos”. Sin embargo, este nuevo estudio revela que, al menos en la especie C.elegans, cumplen un papel importante tanto en la reproducción como en la supervivencia de la especie en materia de brotes de virus.

Saber esto puede ser de utilidad también para la protección de plantas contra los nematodos que, a diferencia de esta especie, sí son parásitos y causan daño a los cultivos.

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