¿Por qué Júpiter es un planeta y no una estrella?

Júpiter posee un tamaño que bien podría hacerlo pasar por una estrella, pero en realidad no lo es. Entre los planetas, Júpiter es el de mayor tamaño. Y dentro de nuestro sistema solar, es el segundo objeto más grande después del Sol. Es considerado uno de los planetas gigantes, con un radio medio de 69911 kilómetros.

Podríamos comparar a Júpiter con la estrella más pequeña de nuestra galaxia. A esta se la conoce por el nombre de EBLM J0555-57Ab y es una enana roja. Se encuentra a 600 años luz de distancia. Posee un radio de 59.000 km y es un poco más grande que Saturno.

A pesar de que Júpiter es más grande que esa enana roja, no es una estrella. ¿Por qué?

La respuesta estaría en su masa. El simple hecho de que la masa de Júpiter no resulte suficiente para fusionar hidrógeno en helio es lo que le impide ser una estrella. 

Sin embargo, EBLM J0555-57Ab tiene unas 85 veces la masa de Júpiter. Comparada a la masa de otras estrellas, esta es bastante ligera.

Júpiter no es una estrella
Júpiter es el segundo objeto más grande después del Sol. Vía Pixabay.

¿Júpiter y el Sol son iguales?

El gigante gaseoso tiene una masa que es 2,5 veces mayor a la que poseen los demás planetas. Pero, el hecho de estar formado por gases hace que su densidad sea realmente baja: 1.33 gramos por centímetro cúbico. Como para comparar, la densidad de la Tierra es de 5,51 gramos por centímetro cúbico, lo que la hace cuatro veces más densa que Júpiter.

En cuanto a Júpiter y el Sol, estos tienen muchas similitudes. El Sol posee una densidad de 1.41 gramos por centímetro cúbico. Esto quiere decir que ambos son similares en sus composiciones. 

Si tenemos en cuenta la masa, el Sol está compuesto por 71 % de hidrógeno y 27 % de helio. El resto es una mezcla de otros elementos. Mientras que Júpiter tiene una masa con 73 % de hidrógeno y 24 % de helio.

Muchos astrónomos llaman a Júpiter como una estrella fallida, debido a todas las similitudes con nuestro astro. Sin embargo, está muy lejos de ser una estrella.

Los planetas y las estrellas no se forman de la misma manera

 

Las estrellas y los planetas nacen a través de dos mecanismos muy diferentes. Las estrellas se forman cuando los materiales presentes en una nube molecular interestelar colapsan bajo su propia gravedad. A este proceso se lo llama colapso de la nube

La nube va acumulando más materiales a su paso creando un disco de acreción estelar. Dicha acción incrementa la masa de la nube, lo que causa que la gravedad presione su el núcleo cada vez más. Todo esto hace que aumente la temperatura más y más. La nube es prácticamente una estrella bebé. Falta que se comprima y caliente mucho más hasta que su núcleo se encienda e inicie la fusión termonuclear.

Una vez que la estrella ha terminado de acrecentar material, queda una gran cantidad de disco de acreción. Este disco está formado por restos de estrellas, pero es suficiente material para crear planetas.

Para que se formen planetas gigantes y gaseosos como Júpiter, es necesario un proceso que comienza con pequeños trozos de roca helada y polvo en el disco. Estos materiales están alrededor de la estrella bebé y necesitan chocar entre sí para unirse por medio de electricidad estática.

Cuando los grupos de materiales alcanzan un tamaño suficientemente grande, alrededor de 10 masas terrestres, pueden atraer más cantidad de gas del disco circundante de la estrella bebé. Esto lo logran gracias a la fuerza gravitacional.

De este modo se formó Júpiter, hasta alcanzar su masa actual. Una vez que absorbió todo el material que tenía a su disposición, dejó de crecer. Entonces, Júpiter nunca estuvo cerca de crecer lo suficientemente masivo como para convertirse en una estrella. 

A pesar de tener una composición similar al Sol, no es una estrella fallida. Esto se debe a que no nació como una estrella, sino que nació de la misma nube de gas molecular que dio origen al Sol.

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