LA SONDA ESPACIAL JUNO CAPTA TORMENTAS SUPERFICIALES DE AMONIACO EN JÚPITER

El planeta más grande del Sistema Solar sigue sorprendiendo a los astrónomos, esta vez con un inusual fenómeno: las tormentas superficiales

La atmósfera de Júpiter, el gigante gaseoso de nuestro vecindario cósmico, es una mezcla entre hidrógeno y helio que desde la Tierra envuelve un halo inspirador:

Las bandas multicolor que componen las distintas regiones observables van desde los tonos ocres hasta un naranja intenso y de un azul marino a un tono grisáceo, que con mayor detalle muestran la textura de nubes arremolinadas que se desplazan dramáticamente a partir de corrientes de aire. 

Sin embargo, esta postal de contemplación del cosmos cambia radicalmente si nos acercamos un poco más a su atmósfera, tanto como lo ha hecho la sonda espacial Juno, una misión de la NASA que orbita el planeta más grande del Sistema Solar desde 2016.

Foto: NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS Image processing by Kevin M. Gill © CC BY

 

Al interior, Júpiter es un mundo turbulento, donde tormentas más grandes que la Tierra se forman constantemente y recorren el enorme planeta a más de 360 kilómetros por hora. Y aunque conocemos de su existencia desde hace algunas décadas, lo cierto es que nunca antes se había podido conocer a fondo cómo se forman y cuál es su composición, hasta ahora:

El miércoles pasado, la NASA informó del hallazgo de un fenómeno que explica el vertiginoso movimiento de la atmósfera de Júpiter: la sonda espacial Juno pudo detectar la formación de ‘relámpagos superficiales’, tormentas eléctricas que dan forma a una especie de granizo con amoniaco, que los científicos conocen como ‘mushballs’: 

“Nuevos resultados de la misión Juno de la NASA en Júpiter, sugieren que el planeta más grande de nuestro Sistema Solar es el hogar de lo que se llama “relámpagos superficiales”. Como una forma inesperada de descarga eléctrica, los relámpagos superficiales se originan en nubes que contienen una solución de agua y amoníaco, mientras que los relámpagos en la Tierra se originan en nubes de agua”, aseguró la NASA en un comunicado.

“Los relámpagos superficiales consisten en capas de granizados de agua-amoníaco y hielo, cubiertos por una corteza de hielo de agua más gruesa, se generan de manera similar a la del granizo en la Tierra: crecen a medida que se mueven hacia arriba y hacia abajo por la atmósfera”.

 
 
 

Comprender más sobre la composición y el comportamiento de la atmósfera joviana es esencial para saber más sobre la formación de planetas gaseosos, las atmósferas del resto de mundos del Sistema Solar y la búsqueda de exoplanetas con condiciones similares a Júpiter y los demás planetas exteriores.

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