Las abejas también gritan cuando algo las amenaza

Cuando una amenaza de acerca, emitimos gritos y chillidos no solo como expresión de miedo, sino también para advertir a nuestros semejantes, una estrategia no solo observada en humanos, sino también en abejas. Un nuevo estudio publicado en la revista Royal Society Open Science ha reportado este comportamiento en la intrigante especie asiática Apis cerana.

Las señales de advertencia emitidas por estas abejas son tan sofisticadas que los investigadores las han comparado con las vocalizaciones de pánico de los primates, pájaros y suricatas. Su repertorio es tan complejo que ha merecido más atención de parte de los científicos.

 

Los avispones son una amenaza para las abejas

Si bien es cierto que las abejas son de las más afectadas por el cambio climático, antes de que el problema se hiciera tan visible ya se enfrentaban a otros inherentes a la dinámica depredador-presa que caracteriza la naturaleza terrestre. El avispón asiático (Vespa velutina) y especialmente el avispón gigante (Vespa soror) son depredadores voraces no mal llamados “asesinos” que se han vuelto muy populares en América del Norte.

Los informes advierten que estos intrépidos insectos atacan las colmenas y matan a sus miembros uno por uno, llegando incluso a destruirlas por completo. Y aunque parezca cosa del mismo curso de la vida animal, esto puede tener serias consecuencias como la disminución masiva de las poblaciones de abejas. Estas últimas parecen estar muy al tanto de ello, por lo que al percibir dicha amenaza, avisan de inmediato a sus compañeras para que tomen acciones también.

Señales de advertencia: las abejas gritan para alertar a sus compañeras sobre una amenaza

Las abejas asiáticas siempre están zumbando, “silbando” en grupo o “dándose cabezazos” entre sí; todos estos comportamientos generan pulsos vibratorios que se comparten en la colmena, aunque la ciencia no está del todo clara respecto a su función.

Pero después de reunir casi 30,000 grabaciones de señales emitidas por abejas, los investigadores notaron patrones diferentes en su comportamiento. Tras analizarlas, descubrieron que el silbido y los cabezazos habituales se multiplican por siete cuando había un avispón asesino cerca. Entonces los interpretaron como gritos de alarma que emitían las abejas ante la amenaza.

Pipas antidepredadores

Al mismo tiempo, las abejas obreras empiezan a fabricar lo que denominaron “pipas antidepredadores”, una especie de campana o sirena que amplifican las señales vibroacústicas o pulsos cortos de vibración y frecuencias de sonido producidas por las alas y el tórax.

Las insertan en la entrada de la colmena para transmitir “mensajes más largos e insistentes, análogos a cómo los sonidos individuales de una campana contribuyen a una alarma de incendio sostenida”.

Comportamientos defensivos derivados de los “gritos” de las abejas

Los videos muestran a las abejas levantando sus abdómenes, batiendo sus alas y moviéndose frenéticamente. Cuando estas señales vibratorias se manifiestan, las abejas en la entrada empiezan a esparcir estiércol animal sobre ella; este es un conocido mecanismo de defensa que ayuda a repeler a los depredadores.

Otra respuesta es la unión. Después de emitir sus gritos, las abejas se juntan tratando de formar una especie de esfera en cuyo interior queda atrapado el avispón que las amenaza. Con ello, logran calentarlo al punto de asesinarlo en el proceso.

Ahora bien, lo que no está claro es si las pipas antidepredatorias sirven como megáfonos que informan las instrucciones para llevar a cabo alguno de los comportamientos descritos. Los investigadores solo quedaron convencidos de que estas constituyen un “llamado a la defensa colectiva” de la colmena.

“Estas sofisticadas defensas requieren una detección oportuna de depredadores y una rápida activación de una fuerza laboral defensora”, escriben los autores. “Las señales vibroacústicas probablemente juegan un papel importante en la organización de estas respuestas porque se transmiten rápidamente entre emisores y receptores dentro de los nidos”.

Estos mecanismos de defensa no se habían documentado hasta ahora en esta especie. Y, aunque muy eficaz, estas señales de advertencia solo parecen mostrarse cuando hay un depredador mortífero acechando a las abejas.

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