De lo que nadie habla: los efectos psicológicos del aislamiento en un Estado de Alerta

 

Jessica Mireles

Durante el periodo de aislamiento preventivo derivado del aumento por contagios de coronavirus en México, múltiples micro y macro empresas, cadenas, entre otros negocios, continúan laborando de manera activa ofreciendo opciones con servicio a domicilio a fin de seguir generando ingresos al tiempo que se mantiene el estado de aislamiento para evitar contagios y propagación del virus.

Pero, ¿qué efectos negativos trae consigo el estado de alarma o aislamiento? Para conocer los efectos –tanto físicos como psicológicos– la Psicoterapeuta psicoanalítica, Yalia Cabral, nos explica la importancia de atender a personas en aislamiento preventivo que padecen trastornos emocionales.

El estado de alerta prolongado ocasiona la denominada “visión de túnel” –cuando la vista se nubla hasta llegar a un punto de visión escasa– generada por la ansiedad, lo que quiere decir, no se puede dejar de pensar en aquello que angustia; pero al mismo tiempo, si hay angustia, se inhabilita el razonamiento. “Por tanto, al tener miedo o angustia, no podemos tener pensamientos efectivos, sino que nos encerramos en los pensamientos angustiantes”, señaló.

Algunos de los efectos físicos ocasionados por el estado de alerta y aislamiento pueden variar, tal como la incapacidad de relajación, ansiedad con manifestaciones (físicas) como: taquicardias, falta de capacidad para respirar profundamente, insomnio, falta de apetito o exceso de éste, tensión muscular; y en algunos casos, hasta episodios de migraña, colitis, gastritis.

Se destaca de igual manera la importancia de los vínculos afectivos con las personas con quienes se está durante el aislamiento, pues al no ser ‘amorosos o amistosos’, esto hará más difícil de sobrellevar la tarea. “El hecho de sentir como prohibición salir de casa, hace que se vuelva una tortura.”

Asimismo, asegura que para las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), esto significaría un aumento a los síntomas (por tanto, al malestar).

Al tratarse del caso de una persona que vive solo/sola, se recomienda mantener contacto virtual con las personas afectivamente cercanas, ya sea a través de llamada, videollamada o mensajes. En caso de presentarse una crisis de ansiedad y no contar con ayuda profesional al instante, apoyarse vía telefónica con personas de confianza, es lo ideal, así como la realización de ejercicios simples de respiración para inducir la relajación.

Algunas de las recomendaciones personales emitidas por la psicoterapeuta, se encuentra el mantenerse afectivamente cerca de ‘quienes nos quieren’ (y queremos); así como establecer una rutina –con flexibilidad total– para hacer distintas actividades; hacer el mayor número de actividades posibles que nos produzcan placer, calma o relajación; alimentarse sanamente y hacer alguna actividad física (para usar la energía acumulada) y claro, continuar con las medidas de higiene que se han emitido estos días por instituciones de salud.

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