Con los resfriados, algunas personas habrían desarrollado defensas contra el SARS-Cov-2

Por Radio Francia Internacional

Personas que estuvieron en contacto con otros coronavirus, por ejemplo los que provocan el resfriado común en invierno, podrían haber desarrollado cierta protección imnunitaria contra el SARS-Cov-2. Se llama la inmunidad cruzada. De ello, RFI habló con África González, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología y catedrática de inmunología en la Universidad de Vigo, en España.

 

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RFI: ¿Qué es la inmunidad cruzada ? ¿Qué significa ?

África González: La inmunidad cruzada significa que, una vez que nos exponemos a algunos patógenos, la respuesta de defensa es capaz de reconocer no solo ese patógeno en concreto sino otros que son parecidos.

La inmunidad en general suele ser muy específica y no suele haber inmunidad cruzada con patógenos que son muy distintos como por ejemplo frente al sarampión o frente a la polio. Pero cuando estos patógenos son semejantes, comparten algunas estructuras, algunos elementos, que las defensas dirigidas frente a ellos van a poder reconocer.

 

En el caso del coronavirus, actualmente se conocen siete coronavirus distintos y hay cuatro de ellos que producen catarro o resfriado común. Y hay estructuras en esos coronavirus que también se encuentran en el SARS-CoV-2 que produce la Covid-19. Lo que se está viendo, y ya hay algunas publicaciones al respecto, es que sí se detecta la posibilidad de esta inmunidad cruzada. Se detecta con anticuerpos, pero más importante aún, se han encontrado células, tipos celulares que son unos linfocitos que son capaces de reconocer de forma muy específica esas estructuras y que se ve que reconocen también al SARS-CoV-2.

Según una investigación estadounidense publicada en la revista científica Cell, de cuatro a seis personas de cada diez podrían haber adquirido una protección contra el SARS-CoV-2 mediante una exposición anterior a otro coronavirus, por ejemplo uno que les haya provocado un resfriado común. ¿Cómo se podría comprobar que así es?

Estos científicos tenían células guardadas de personas entre los años 2015 y 2018, es decir antes de la infección por este nuevo coronavirus. Al analizar las células de estas personas, vieron que sus linfocitos reconocían a partes del nuevo coronavirus. Entonces los investigadores se preguntaron cómo estas personas podían haber tenido esta respuesta de defensa. Seguramente habiendo estado expuestos a los coronavirus del catarro común que circulaban en esos años. Entonces estudiaron solamente frente a dos coronavirus que en esa época circulaban de forma habitual y encontraron este resultado.

Para hacer una demostración real y exacta, es cierto que deberían estar seguros de que esas personas pasaron esa infección, tenerlo totalmente documentado, tener esas células y también ese suero guardado y también estudiar a posteriori la exposición al SARS-CoV-2. Pero ésto es un estudio que ahora, hacia marcha atrás, ya no es posible hacer.

En el estudio de ahora tienen los datos de exposición previa simplemente de forma epidemiológica por qué se sabe ques estos coronavirus circulaban en esa época.

Lo que sí se podría hacer en el futuro es un estudio de personas que van estando expuestas a los coronavirus estacionales de invierno y ver qué nivel de protección pueden tener sus células frente a este SARS-CoV-2.

Si finalmente se comprueba que existe una inmunidad cruzada frente a este nuevo coronavirus, ¿es una buena noticia para pensar ya en el final de la pandemia y pensar que una inmunidad colectiva se puede alcanzar más rápido?

Claro, son buenas noticias. También era algo esperado en el sentido de que esto ya estaba descrito no solo para estos cuatro coronavirus sino también para otros virus.

Lo interesante es que hay varias publicaciones en las que demuestran que sí hay esta imunidad celular. Es muy importante que hayan detectado en estos pacientes linfocitos, tanto helpers como citotóxicos, porque son los que van a resolver la infección. Abre la posibilidad de qué realmente puede haber personas que, al estar expuestas a los coronavirus durante la época del invierno, han desarollado cierta protección. Esto puede explicar el alto nivel de pacientes asintomáticos o con síntomas muy leves, que realmente es el 85% de los enfermos de Covid-19.

Todo esto, por supuesto, hay que demostrar fehacientemente pero los datos que han aparecido realmente apuntan en esa dirección.

¿Quizás los niños, por resfriarse regularmente, tendrían esa protección cruzada?

En el caso de los niños, hay distintos aspectos. Por una parte, el número de receptores que tienen frente al virus podría ser menor. El hecho de que no tengan síntomas tan graves también puede estar asociado a que ellos tienen una serie de receptores que modulan la respuesta inmunitaria un poco más hacia la anti inflamación, a diferencia de las personas ancianas.

Pero, efectivamente, también esta exposición previa a patógenos les ha podido también proteger.

¿Cómo funciona nuestra inmunidad ?

Hay que tener en cuenta que la inmunidad tiene distintas facetas y fases. Es un poco como un castillo dónde cerramos las puertas, pero tenemos personas vigilantes. Cuando vemos que va a entrar un invasor, primero se manda información de un sitio a otro, con producción de sustancias como los interferones. Luego empiezan unos primeros soldados que serían la inmunidad innata. Y esa inmunidad innata también se puede entrenar si estamos expuestos a otros patógenos, o incluso a otras vacunas.

Se ha visto que algunas vacunas, como por ejemplo la BCG para la tuberculosis, podrían inducir cierta protección durante un tiempo frente a otros patógenos. Esto se ha descrito también con otras vacunas. Y es algo que también se está postulando ahora: esta previa vacunación y esta previa activación también por otros patógenos podrÞan estar dando inmunidad cruzada en estas personas.

¿Sabemos cuánto tiempo podría durar esta inmunidad al SARS-CoV-2?

Esto ahora mismo no podemos saberlo. La epidemia lleva muy poco tiempo, lleva sólo unos meses. No sabemos si esta memoria va a durar seis meses, un año o muchos años.

Lo que se ha visto con otros coronavirus es que habitualmente la protección de anticuerpos suele durar entre seis meses y un año. En el caso del SARS y del MERS se ha visto que puede durar durante muchos más años.

En este caso del SARS-CoV-2 todavía la duración no la sabemos. Pero se abren posibilidades de estudios muy interesantes para poder contestar esta pregunta: ¿qué imunidad celular han desarrollado todas estas personas asintomáticas o con síntomas muy leves, y cuánto tiempo les va a durar?

 

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