Resonancias magnéticas en astronautas muestran cambios cerebrales que persisten después de regresar a la Tierra

Permanecer en el espacie durante meses puede generar una larga lista de problemas de salud para los viajeros espaciales. Por eso son evaluados constantemente por especialistas para comprobar que su salud esté en orden. Recientemente un grupo de astronautas tuvo que pasar por exámenes de resonancia magnética para evaluar los cambios cerebrales que presentan.

La última evaluación puso foco en el efecto de deformación de la microgravedad en nuestra biología que se centra en los espacios que rodean los vasos sanguíneos que se entrelazan a través de nuestro cerebro. Dicha evaluación reveló cambios preocupantes que permanecen con los astronautas entre misiones.

 

Cambios cerebrales en astronautas

Investigadores de todo Estados Unidos compararon una serie de imágenes de resonancia magnética (IRM) de 15 cerebros de astronautas. Las resonancias fueron tomadas antes de una estadía de seis meses en la Estación Espacial Internacional y también seis meses después de su regreso.

Usando algoritmos para evaluar cuidadosamente los tamaños de los espacios perivasculares, el equipo descubrió que el tiempo que se pasaba en órbita tenía un efecto profundo en las tuberías del cerebro. Esto era más común en los astronautas nóveles.

Entre el grupo de astronautas veteranos, había poca diferencia en los tamaños de los espacios perivasculares en los dos escaneos que se tomaron antes de la misión y los cuatro tomados después.

Los especialistas piensan que los astronautas con más experiencia pudieron haber alcanzado algún tipo de homeostasis.

Estudios previos sobre los tejidos cerebrales y sus volúmenes de líquido han encontrado que se recuperan lentamente de una temporada en el espacio. No obstante, algunos cambios cerebrales persisten en los astronautas durante un año o más.

 

En este momento, los astronautas rara vez hacen más de unos pocos viajes al espacio en su vida, por lo general, permanecen alrededor de seis meses a la vez. Sin embargo, a medida que aumenta la comercialización de una industria espacial, todo esto podría cambiar.

Escaneos cerebrales a un astronauta. Créditos: Hupfield et al., Scientific Reports, 2022.

¿Podrían tener problemas de salud a largo plazo?

Aún no está del todo claro si el cambio en sus cerebors conlleva algún riesgo apreciable para la salud.

Es demasiado pronto para saber si la microgravedad tiene algún impacto en la circulación del líquido cefalorraquídeo alrededor de sus cabezas. Tampoco podríamos saber si los cambios en las redes cerebrales son significativos. Es posible que ni siquiera se vuelva evidente hasta que los investigadores tengan una muestra de buen tamaño de astronautas veteranos con una carrera sustancial en su haber.

Al estudiar estos cambios sutiles en la salud y la anatomía, es casi seguro que aprenderemos más sobre las enfermedades y los trastornos que nuestros cuerpos se han visto obligados a soportar aquí, en la Tierra.

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