‘Sombrío’ panorama para México: Bancos centrales podrían subir tasas de interés

Los bancos centrales no tienen opción más que seguir elevando tasas de interés para mitigar los riesgos inflacionarios globales que se viven actualmente, aseveró Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).

Carstens –quien también fuera gobernador de Banco de México (Banxico) entre 2010 y 2017– detalló que el mundo atraviesa por niveles récord de inflación derivados de choques persistentes en las cadenas de suministro y el contexto geopolítico actual, por lo que los bancos centrales deben actuar con rapidez y decisión para evitar que la inflación se arraigue.

 
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“Los bancos centrales deben comunicar claramente y bien el objetivo final: llevar la inflación rápidamente a la meta”, dijo en la presentación del ‘Informe Económico Anual 2022′ del BIS, y advirtió que entre más se tarden las economías en controlar la inflación, mayor será el costo que tendrán que afrontar.

“Por lo general, controlar la inflación ha resultado costoso. Y cuanto mayor y más arraigada sea la tasa de inflación inicial, mayor será probablemente el costo… Las persistentes expectativas de inflación se incrustan en los contratos laborales y las negociaciones salariales, lo que requiere una mayor reducción de la demanda agregada y, por lo tanto, un mayor desempleo, para frenar la inflación persistente. La tarea de la política monetaria se vuelve mucho más difícil”, abundó.

Detalló que esta situación se acentúa en los mercados emergentes, pues se enfrentarían a condiciones financieras más desafiantes.

Carstens consideró que a pesar de haberse movido antes y estar mejor ubicados que en episodios anteriores de endurecimiento, algunos mercados emergentes no tienen más remedio que subir las tasas aún más, también porque sus tasas reales siguen siendo negativas.

Señaló que en la actual coyuntura, un riesgo para las economías avanzadas es que las grandes caídas en los precios de los activos puedan desencadenar una fuerte recesión y tensiones financieras.

Consideró que aún es posible un aterrizaje económico suave con altas tasas de interés y sin episodios de recesión, pero mucho dependerá de cuán permanentes sean los choques inflacionarios que se viven actualmente.

Cuestionado sobre si Estados Unidos y la Unión Europea podrían enfrentar una recesión económica en el próximo año entrante, Carstens admitió que no se puede descartar esta posibilidad. “No nos sentimos cómodos con este pronóstico, pero no podemos eliminar posibilidades”, aseveró.

Por otra parte, Claudio Borio, jefe de análisis económico y monetario del BIS, destacó que por muchos años varias economías avanzadas lucharon por elevar la inflación hacia el objetivo, sin embargo, el contexto actual ahora es diferente y ahora deben batallar para reducir los altos precios de los insumos.

“Es solo una demostración de qué tan rápido puede cambiar el mundo: tras muchos años intentando elevar los precios hasta el objetivo, ahora vuelven a encarar el familiar y doloroso reto de reducirla”, dijo el funcionario.

Criptoactivos, un riesgo adicional

Carstens señaló que otro desafío importante al que se enfrentan los bancos centrales es la aparición masiva de criptoactivos y las monedas estables en los últimos meses, así como de su evolución hacia las finanzas descentralizadas.

Destacó el colapso de varios de los criptoactivos –incluido el bitcoin, que ha perdido más del 50 por ciento de su valor en el año–, lo cual es una clara lección para el futuro del sistema monetario, pues se requieren monedas que sean respaldadas por los propios bancos centrales.

Actualmente varios organismos centrales, entre ellos Banxico, están en proceso de emitir sus monedas digitales respaldadas.

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