¿Qué tanto ayudan las mascarillas contra virus y gérmenes?

Por Deutche Welle

Por temor al coronavirus, muchas personas tratan de protegerse utilizando una mascarilla. En muchas ciudades chinas ya es obligatorio llevarla puesta. ¿Cuál es el verdadero beneficio de usarlas?

El simple protector de la boca y la nariz, la clásica mascarilla que se ajusta detrás de las orejas o de la cabeza, se solía utilizar tiempo atrás casi exclusivamente en los quirófanos. Tanto médicos como asistentes suelen usarla principalmente para evitar que sus pacientes sean infectados con patógenos durante una operación. 

Eso sí, la mascarilla solo funciona si se cambia regularmente y se desecha de forma segura e higiénica. Esta debe cambiarse al menos cada dos horas en el área de operación, debido a que pierde rápidamente su función.

¿Cuánta protección ofrece?

El portador de una mascarilla puede protegerse de los gérmenes e infecciones, pero de forma muy limitada. Aunque el virus suele entrar en el cuerpo a través de la boca o los ojos (si no hay heridas abiertas), las manos juegan el papel más importante.

En ese sentido, las mascarillas quirúrgicas y las gafas protectoras no son tan efectivas para bloquear el virus. Más bien, sirven como un recordatorio constante para evitar poner las manos en la nariz cuando hay comezón o cuando se quiere regfregar los ojos.

Las máscaras con filtro ofrecen una mejor protección

Además de las mascarillas quirúrgicas, que parecen más bien paños desechables, también hay máscaras con filtro. Estas son más utilizadas por artesanos, especialmente para la protección contra polvos y aerosoles dañinos. Están disponibles ya sea como máscaras desechables o como máscaras de plástico a las que se les puede insertar un filtro.

En la Unión Europea las máscaras se dividen en tres tipos de protección FFP (filtro facial). Las máscaras de nivel FFP1 son mejores que las mascarillas convencionales, pero no proporcionan la protección deseada contra los virus. En tanto, las máscaras de clase FFP-3, protegen de virus, bacterias, hongos y esporas, entre otras cosas, pero no de polvos altamente peligrosos como las fibras de amianto.

Una mamá utiliza una máscara, mientras toma a su bebé.

Cómo usar una máscara correctamente

A diferencia de las mascarillas simples, algunas máscaras con filtro de alta calidad pueden proteger al usuario de una infección debido a su diseño. Incluso, son capaces de ayudar a prevenir patógenos altamente infeccioso como el sarampión o la tuberculosis. Sin embargo, la protección solo funciona si se toman medidas adicionales de prevención, por ejemplo, cuidar la higiene a la hora de ponerse la mascarilla, utilizar gafas protectoras, guantes y delantal de plástico, eliminar adecuadamente los artículos desechables que puedan contaminar y lavarse las manos regularmente. Además, se debe desinfectar siempre el entorno en forma sistemática.

Estas máscaras son utilizadas por diversos equipos médicos en las estaciones de cuarentena donde se atiende a los pacientes a los que ya se les diagnosticó una infección. Sin embargo, para el transporte público o para trabajar, su uso sería completamente excesivo.

Una persona lleva un traje de protección de cuerpo completo, en Wuhan.

¿Sirve contra el gas lacrimógeno?

Los manifestantes en Hong Kong también usaron una variedad de diferentes máscaras protectoras, desde simples mascarillas hasta grandes máscaras con filtros.

Las mascarillas convencionales son utilizadas por los manifestantes básicamente para ocultar su identidad. Pero cuando la policía lanza granadas de gas lacrimógeno, solamente los filtros FFP-3 podrían proporcionar cierta protección. Y para evitar que el gas lacrimógeno afecte a los ojos, es absolutamente necesario usar gafas protectoras herméticas. 

La mejor protección: lavarse las manos

Todas las máscaras y gafas protectoras sirven poco si no se cumplen los principios higiénicos más importantes. Por ejemplo, si se llega a casa después de un largo viaje en autobús o tren, donde hubo contacto con pasamanos, barandas y asientos, y uno se quita la máscara y se rasca la nariz, no sirve de nada haber llevado esta protección. 

En el trabajo ocurre lo mismo: si se ha trabajado en la computadora toda la mañana y luego se almuerza sin lavarse las manos, entonces se corre un riesgo considerable. La razón: los teclados de los computadores están entre los objetos más contaminados. Usar una mascarilla en el puesto de trabajo tampoco habría servido de mucho.

(ju/er)

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