Ucrania se muestra prudente a pesar de gran victoria en Jersón

El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, afirmó que ‘la guerra continúa’ tras el éxito de su país en reconquistar la ciudad sureña de Jersón de manos rusas. La caída de esta localidad es una de las peores derrotas militares en la historia contemporánea del Kremlin.

“Entiendo que todos quieren que esta guerra termine lo antes posible. Definitivamente somos los que queremos eso más que nadie, pero la guerra continúa”, declaró Kuleba al primer ministro australiano, Anthony Albanese, en una reunión durante la cumbre del Sudeste Asiático en Camboya.

En Jersón, cientos de habitantes cantaron y lloraron de alegría cuando el ejército ucraniano recuperó el control de la ciudad. Según Moscú, “más de 30.000” soldados rusos y “casi 5.000 unidades de armamento y vehículos militares han sido retirados” de la orilla occidental del Dniéper.

Al caer la noche, sin electricidad, se izaron las banderas de color azul y amarillo en el centro de la ciudad, mientras las autoridades ucranianas anunciaban la reconquista de la ciudad y llamaban a la prudencia.

Efectivamente, los acontecimientos fueron muy precipitados, la ciudad y sus alrededores están completamente minados. Se desconoce si el ejército ruso ha dejado desagradables sorpresas a los ucranianos.

Además, en numerosas localidades ucranianas, atrapadas en medio del violento conflicto que comenzó hace ocho meses, algunos habitantes se negaron a irse, y sobreviven sin electricidad ni gas.

Los cortes de electricidad en la capital ucraniana, programados por tramos y sectores, son por ejemplo diarios desde hace más de dos semanas.

Después de una ola de ataques rusos coordinados sobre las instalaciones energéticas del país, permiten -mientras se esperan las reparaciones- aliviar una red bajo tensión.

 

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