Virus letal que afecta a los koalas se transmite de madres a crías

Es bien sabido que las poblaciones de koalas han estado amenazadas por un virus letal que debilita su sistema inmunológico y los predispone a infecciones de clamidia, cáncer y otras enfermedades. Comprenderlo y abordarlo ha sido todo un reto, pero la ciencia reveló recientemente algo que podría ayudar a mejorar las estrategias de preservación.

Los investigadores de la Universidad de Queensland descubrieron que las madres koalas pueden transmitir el retrovirus a sus crías, lo que explicaría también su extensa propagación. Sus hallazgos se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

El retrovirus podría estar detrás de la vulnerabilidad de los koalas

El retrovirus del koala, conocido de forma abreviada como KoRV, es otra de las amenazas que deben enfrentar los marsupiales endémicos de Australia además del cambio climático y la consecuente pérdida de su hábitat natural.

Contacto cercano entre una madre koala y su cría que podría promover la transmisión del virus.

Inicialmente, los investigadores estaban preocupados por las altas tasas de infecciones por clamidia confirmadas entre ellos, las cuales constituyen una causa de muerte común en las poblaciones salvajes.

Y aunque esto es una realidad que aún está lejos de cambiar para mejor, un estudio publicado en 2017 reveló que el virus, equivalente al VIH en los humanos, también era de transmisión común entre los koalas.

Ahora se sabe que este afecta el sistema inmunológico con tal intensidad que vuelve a estos animales, normalmente vulnerables a los cambios, un blanco fácil para la bacteria. Y no solo contra ella, sino contra cualquiera factor estresante en su entorno.

Un virus altamente conservado a pesar de amplia propagación

El profesor asociado Keith Chappell, de la Facultad de Química y Biociencias Moleculares de la Universidad de Queensland, dijo que el virus predispone a los koalas a la clamidia y otras enfermedades, y está teniendo un gran impacto en las poblaciones de koalas salvajes en Queensland y Nueva Gales del Sur.

Al momento de su estudio, Chappell y sus colegas estaban al tanto de que todos los koalas del norte portan una única versión del virus. Sorprendentemente, a pesar de estar tan extendida entre sus poblaciones en Queensland y Nueva Gales del Sur, esta versión está altamente conservada. Vale recordar que los virus son muy hábiles para mutar para prevalecer.

 

Lo que no estaba claro era cómo es que los koalas eran capaces de transmitir el retrovirus tan fácilmente a sus semejantes. Para determinarlo, decidieron explorar el ADN de 109 individuos cautivos por secuenciación de genoma, un procedimiento que los llevó a la verdad.

Madres koala transmiten el virus a sus crías

Lamentablemente, la transmisión del virus ocurre en procesos tan tempranos como el contacto entre las madres koalas y sus crías. Es probable que los fluidos corporales, como la leche materna, sirvan de vehículo para el patógeno asesino.

Madre koala con su bebé a cuestas sobre la rama de un árbol.

“Parece que la transmisión entre la madre y joey probablemente se produce debido a la proximidad, a través de la exposición de un joey a los fluidos potencialmente infecciosos de la madre, como su leche”, explica Chappell.

La clamidia, una infección de transmisión sexual frecuente entre estos adorables marsupiales, podría ser el resultado del contagio con el virus. Sin embargo, los investigadores no encontraron evidencia de que este último se transmitiera por la misma vía.

Estrategias de conservación deben priorizar a las madres koala

Los resultados también mostraron que las madres compartían sus variantes del retrovirus tres veces más que los padres. Esto las convierte en una vía dominante para su transmisión a las crías.

Con base en ello, es probable que los programas de cría en cautiverio enfocados en proteger y tratar a las madres koalas podrían funcionar como estrategia de conservación. Además, administrar un tratamiento antirretroviral contra el KoRV específicamente a las madres durante las temporadas de reproducción podría ayudar a prevenir su transmisión.

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