¿Cae, vuela o se derrite? Estudio revela qué le sucede a la nieve atrapada en los árboles

Utilizando una curiosa técnica de ciencia ciudadana llamada “Snow Spotter”, la Universidad de Washington ha descubierto qué ocurre con los copos de nieve que permanecen en la copa de los árboles. Un importante volumen de masa helada que, al ser tan inestable, hacía imposible la tarea de predecir el volumen de agua que se derrite cada verano.  

La nieve que cae en las montañas es utilizada para algo más que esquiar o disfrutar de impresionantes vistas. En algunos países el hielo sirve como suministro de agua adicional, y se puede usar para generar energía hidroeléctrica, regar o simplemente producir agua potable. Con lo cual este nuevo modelo podría mejorar las reservas hidrológicas de muchas regiones alrededor del mundo. 

 

Una revolución hidrológica que responde a la pregunta “¿Hay nieve en ese árbol?”

 

Para medir el volumen de agua derretida y la frecuencia de ese proceso, los investigadores suelen utilizar modelos matemáticos. Básicamente, fórmulas de aprendizaje automático que les dicen cuándo y en qué parte cae la nieve. 

Sin embargo, estos modelos solo pueden predecir lo que ocurre con la nieve que se solidifica en el suelo. El hielo que es interceptado por los árboles se mueve a un ritmo diferente, según comentan los investigadores. Por lo tanto, es difícil predecir si caerá, volará o logrará derretirse con el aumento de las temperaturas. 

Por fortuna, al equipo de ingeniería ambiental de la Universidad de Washington se le ocurrió un método poco convencional para confirmar este fenómeno, que depende exclusivamente de la sinergía social: el “Snow Spotter”.

Lo que hicieron fue reunir a un grupo de 6700 voluntarios para pedirles que respondieran a la pregunta “¿Hay nieve en ese árbol?”, señalando diversas imágenes de bosques al oeste de los Estados Unidos. A lo que cada voluntario podía responder con un “sí”, “no”, “no estoy seguro” o “está oscuro” antes de pasar a la siguiente foto.

El equipo se centró en cuatro sitios para este estudio: Mount Hopper, Canto Niwot, y dos sitios diferentes en Grand Mesa, y obtuvieron al final un 95% de coincidencia entre todas las respuestas. Con lo cual concluyeron que la nieve en la copa de los árboles seguía un patrón.

La nieve en los árboles no es tan impredecible

Vía Pixabay

De acuerdo con su nuevo “modelo social”, la nieve en los árboles no se derrite, pero sí cae y vuela. Todo depende del bosque y los cambios climáticos a los que esté sometida esa masa helada. 

Por ejemplo, en Washington la nieve simplemente cae al suelo desde la copa de los árboles y se cimenta allí de forma permanentemente. Es por eso que se dice que la zona es propicia para esquiar.

Por el contrario, en Colorado la nieve en la copa de los árboles nunca cae. Antes de que pueda tocar el suelo es arrastrada por las corrientes de viento, por lo que termina siendo una masa seca y polvorienta varios metros al norte.

En este sentido, los tres escenarios posibles de transformación para la nieve atrapada serían en realidad solo dos: 

  • Caer al suelo en forma de nieve, añadiéndose a la capa de permafrost. 
  • O volar y convertirse en vapor de agua, por lo que no agregaría nada a la capa de nieve. 

Sin embargo, esto no deja de ser un análisis a pequeña escala. Es posible que en otras partes del mundo la nieve atrapada en los árboles gotee al suelo, favoreciendo el suministro de agua en verano.

Aún se desconoce cómo es la dinámica de la nieve alrededor del mundo

Lo ideal sería que más equipos científicos replicaran el “Snow Spotter” para poder crear un nuevo algoritmo de aprendizaje automático. Pero lamentablemente ningún científico se ha interesado todavía en su proyecto social. 

Otra posible opción sería que los investigadores de ese estudio expandan su librería, incluyendo fotos de árboles helados alrededor del mundo. Mas esto no ayudaría a predecir cómo afecta ese volumen de nieve, ya que la Universidad de Washington no tiene los datos hidrológicos de cada región.

Así que todo parece indicar que la frase “¿Hay nieve en ese árbol?” no se hará popular de momento.

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