¿El entorno modifica a la persona? Esta podría ser la razón por la cual te enfermas menos cuando estás en un sitio que te gusta

El hombre modifica el entorno para hacerlo más habitable y atractivo pero, a su vez, el entorno también puede modificar ciertas capacidades inherentes en la persona. 

Más allá de un simple cambio de conducta, la psicología social ha determinado que parte de nuestra salud mental depende del lugar en el que nos encontremos. Si vivimos en un país o un barrio que no nos gusta, lo más probable es que nuestra mente se enferme, y con ella, nuestro cuerpo. 

El entorno puede ser un gran aliado o un gran enemigo para las personas

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Los seres humanos aprenden por modelado, es decir, copiando el comportamiento de los demás y adaptándose a las condiciones que les rodean. Por lo tanto, el entorno tiene una enorme influencia a lo largo de nuestra vida, aunque sea invisible y silenciosa.

Cuando hablamos de “entorno” no pensemos solamente en el espacio físico. Existen otros dos tipos de entorno que son igual de importantes, y modifican a cada persona:

  • El entorno personal. El núcleo familiar, la pareja, los amigos y el trabajo.
  • Y el entorno mental. Las creencias, la educación y las posibilidades de desarrollo.

Estos tres contextos son el motor que impulsa nuestra vida, ya que van formando nuestra mentalidad de lo que es el mundo ideal y lo que no. 

Por ejemplo, las personas que viven en barrios o en zonas rurales prefieren tener un hogar acogedor para recibir a la mayor cantidad de personas posible. Mientras que aquellos acostumbrados a la vida urbana son felices en pisos con mucho espacio y luz, preferiblemente minimalistas. 

Si ambas personas intercambiaran entornos seguramente sentirían que están en un lugar que no les gusta. No por temas económicos o morales, sino por el hecho de que su mente no considera ese espacio como algo “agradable”. 

En consecuencia, el cerebro reacciona aumentando la cantidad de cortisol en sangre, la hormona del estrés, para mantenernos alerta ante cualquier peligro en ese entorno. Lo que a la larga impacta gravemente en la salud.

Modificar el entorno también repercute en la salud física y mental

Pasar de un lugar que nos hace felices a uno que nos desagrada puede ocasionar muchos problemas psicológicos. Por ejemplo, ansiedad, depresión, fatiga mental o “burn out”, debido a que nuestra relación con el entorno cambió y ya no nos da bienestar.

Esto se ve mucho en las personas que dejan su entorno familiar, o lo modifican, para vivir con otra persona en un departamento o fuera del país. Básicamente porque eso implica que deben abandonar su casa (entorno físico), su trabajo (entorno personal) y parte de los modismos adquiridos (entorno mental) que fueron acumulando con el tiempo. 

Por supuesto, hay personas que no están tan influenciadas por el entorno como otras. De lo contrario, nadie podría independizarse o cambiar de ciudad. Pero, todas sufren de una u otra forma estos cambios. 

En el peor de los casos, el entorno puede modificar nuestra capacidad para combatir virus y otras bacterias que se transmiten de persona a persona. Esto debido al exceso de cortisol que se genera cuando una persona está asustada o siente incomodidad.

Pero en su mayoría, la depresión y la ansiedad son los efectos que más repercuten en el ser humano que abandona su “lugar seguro”.

“Las personas cambian de entorno para cuidar su cuerpo, pero descuidan el alimento de su mente ¿No es una incoherencia?”.

Gail Saltz, profesor de psiquiatría en el Hospital Weill-Cornell

¿Se puede mitigar el impacto del entorno en las personas?

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Sí y no. El entorno siempre va a modificar al ser humano, tal y como sugiere Kurt Lewin en su Teoría del Campo. Básicamente porque nos relacionamos constantemente con él. 

Ahora bien, existen varias formas de reducir el estrés biológico que esto supone, ya que no deja de ser un asunto de percepción. 

Una de las mejores formas de hacerlo, es adaptar nuestro espacio físico de tal manera que no nos resulte desagradable. Esto puede ser imitando el estilo que tenía nuestra habitación, o decorándola para que se ajuste a nuestros gustos.

Otra forma es creando nuevas amistades que nos ayuden a concentrarnos en lo que nos hace felices (gustos, metas o posesiones) en lugar de pensar en todas las cosas que han cambiado con el nuevo entorno. 

Pero quizás lo más importante de todo es saber cuándo deberíamos apartarnos. Si no nos gusta un lugar, es mejor volver a donde teníamos mayor bienestar emocional. Puede que muchas veces no podamos elegir el entorno en el que vivimos, pero siempre que se pueda, deberíamos considerar nuestra salud mental primero.

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