Científicos logran ‘curar’ un infarto en ratones usando células musculares

Cada año, los ataques cardíacos cobran más de 60 mil vidas alrededor del mundo. Mucha más, si sumamos las vidas de los miles roedores que mueren intentando buscar una cura para esta condición cardiovascular.

Pero un descubrimiento reciente, por parte de la Universidad de Houston, sugiere que es posible cambiar esta tendencia y curar los infartos definitivamente, usando células musculares. 

 

Una nueva técnica para curar los ataques cardíacos

Vía Pixabay

Aunque por ahora solo se ha probado en ratones, esta nueva técnica promete servir como un método estándar para tratar a las personas que han sufrido un infarto.

Esencialmente, la nueva técnica hace que las células del músculo cardíaco, que tienen muy poca capacidad de regeneración, se recuperen por completo. Y para lograrlo, se vale de un método bastante conocido en la medicina moderna: el ácido ribonucleico mensajero sintético (ARNm). 

Cuando el ARNm entra en las células del corazón, crea un “modelo” de nuevas secuencias de ADN que el cuerpo usa para crear otras proteínas y modificar células. Algo así como un nuevo manual de instrucciones para que las células hagan diferentes procesos biológicos. 

Entonces, lo que hizo el equipo para curar el infarto de los roedores fue inyectarles un ARNm especializado, para poder ordenarle a las células musculares en el corazón que se convirtieran en células madre. Es decir, en el tipo de progenitoras que se dedican a regenerar los tejidos dañados. 

“Aquí, las instrucciones editadas promueven la replicación de las células del músculo cardíaco (cardiomiocitos) a través de la transcripción mutada”.

Siyu Xiao, biólogo en la Universidad de Houston en Texas

¿Qué tan prometedora es la regeneración cardíaca con células musculares?

Comparativa entre la regeneración cardíaca de un ratón promedio y la regeneración con ARNm | Créditos: Universidad de Houston

Los experimentos en placas de cultivo y en ratones vivos han demostrado que las células musculares transcritas son hábiles curando los efectos físicos que deja un infarto. Es decir, la acumulación de líquidos, las anginas, y la arritmia ventricular. 

Esto se debe a que la técnica de ARNm utiliza dos factores de transcripción para asegurar la eficiencia de la inyección en las primeras 24 horas. Por un lado, la transcripción Stemin, que activa propiedades similares a las de las células madre en los cardiomiocitos. Y por otro, la transcripción AP5SA, la cual promueve el crecimiento y la replicación rápida de órganos. 

 

Por lo tanto, la probabilidad de regenerar los miocitos, en caso de un infarto en el miocardio, es 15 veces mayor en comparación con otras técnicas tradicionales. 

Sin embargo, esta técnica no podría considerarse todavía una “cura” para los infartos, ya que las células musculares actúan después del ataque cardíaco. Lo que quiere decir que no pueden prevenir su aparición.

El campo de los tratamientos para el corazón se expande un poco más

Vía Pixabay

En este sentido, podría convertirse en un posible tratamiento para personas que hayan sobrevivido a un ataque cardíaco, y quieran recuperar su estilo de vida. Después de todo, varios estudios han confirmado que, tras un infarto, menos del 1% de las células logran regenerarse. Con lo cual, si el infarto fue crónico, es posible que la persona no pueda caminar o hacer fuerza nunca más.

“Los cardiomiocitos que tenemos cuando morimos son, en su mayoría, los mismos que hemos tenido desde el primer mes de vida. Eso significa que los ataques cardíacos pueden dejar al corazón en un estado frágil de forma permanente”.

Sptehen Navran, biólogo en la Universidad de Houston en Texas

Todavía queda por ver si esta técnica se puede traducir con éxito a los humanos, pero el equipo ve este logró con buenos ojos. Básicamente porque permite reparar el tejido interno sin necesidad de cirugías. Y a los pocos días, el ARNm desaparece gradualmente del cuerpo como cualquier otra sustancia, sin producir daños a su paso. 

Lamentablemente, las lesiones cardíacas en los seres humanos son un asunto delicado, por lo que serán necesarios muchos más años de investigación para que esta técnica sea común en los hospitales.

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