Esto es lo que le hace la luz azul de las pantallas a nuestra piel

¿Cuántas horas pasas frente a una pantalla? Hemos oído hasta el cansancio esta pregunta sobre lo que ocasiona el uso excesivo de los dispositivos móviles. Sin embargo, la mayoría todavía ignora cuán dañina es la luz azul para la piel. 

Solemos pensar que los riesgos actuales de la dependencia digital son únicamente los problemas de visión y la alteración del ritmo circadiano. En consecuencia, acabamos dejando de lado efectos como el envejecimiento digital, las quemaduras y el cáncer, que ya se están posicionando como problemas de la era moderna. 

Por lo tanto, es importante que entendamos lo más pronto posible que la luz azul es también peligrosa para la salud cutánea.

Las enfermedades y daños químicos son algunos de los riesgos de la luz azul 

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El efecto biológico más frecuente de la exposición a la luz azul es el aumento significativo de especies reactivas de oxígeno (ROS). Es decir, de sustancias altamente nocivas que pueden oxidar a las células.

Por lo general, estamos acostumbrados a escuchar sobre el daño oxidativo que produce la radiación solar en la piel. Sin embargo, un estudio reveló en 2016 que la luz azul de las pantallas también podía ocasionar quemaduras, cicatrices e incluso ciertos tipos de cáncer

Cuando existe un exceso de moléculas ROS en las células, las enzimas dejan de funcionar. Estas estructuras intracelulares son las responsables de reparar el ADN quemado o envejecido, por lo que su ausencia aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer.

Asimismo, la luz azul y el exceso de ROS también alteran la reparación de la capa superior de la piel. Con lo cual suelen aparecer “bronceados” inesperados en personas que nunca han salido de casa. Lo que si bien para muchos puede ser algo deseable, por los estándares actuales de belleza, en realidad solo demuestra que la piel es ahora más delgada y propensa a las quemaduras. Tal y como ocurre cuando nos exponemos a los rayos ultravioleta.

Pero quizás el hecho más preocupante es que la luz azul también puede impulsar el envejecimiento.

El envejecimiento digital y la piel

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Varios estudios han demostrado que la luz azul penetra en la piel y activa ciertos genes clave. En concreto, a las células epiteliales que se encargan de la hidratación de la piel, el colágeno y los melanocitos. 

Al hacer esto, la matriz celular de la dermis pierde estabilidad, y comienza a producir tres efectos del paso del tiempo que suelen llegar a los 50 o 60 años:

  • Las arrugas, ya que los fibroblastos que estimulan el colágeno se han perdido después de 48 horas de exposición a la luz azul.
  • Manchas en la piel, debido al aumento de melanina en ciertas zonas. Especialmente en las manos y la cara. 
  • Y la resequedad, debido a la disminución de moléculas acuaporinas en las células. Encargadas de retener el agua y darle brillo a la piel. 

En resumen, se inicia un proceso de envejecimiento prematuro dentro y fuera del cuerpo. Así que es importante estar alerta a los focos de luz azul que nos rodean, y alejarlos de la piel… siempre que se pueda.

La luz azul no solo está en las pantallas

Créditos: COMIPEMS
 

Aunque los teléfonos, tablets y computadoras suelen ser los culpables de estos efectos, la luz azul está en todas partes. 

El espectro visible que captan nuestros ojos representa solo el 50% de lo que el Sol emite y es, de hecho, luz azul en su mayoría. 

Los rayos ultravioleta no son perceptibles en la banda de luz, ya que tienen un nivel de energía muy alto para nuestros fotorreceptores. Sin embargo, la luz azul tiene ondas mucho más cortas, por lo que es fácil verla a cualquier hora del día. De allí que sea el único tipo de luz que se usa para darle brillo a las pantallas negras. 

En otras palabras, el Sol emite luz azul. Al igual que las pantallas, los bombillos y los televisores. Por lo tanto, no basta con decir que “abandonaremos la dependencia a las nuevas tecnologías” para evitar que la luz azul afecte a nuestra piel. Se necesita un mayor control sobre la exposición diaria que tiene el cuerpo. 

¿Cómo proteger a la piel de la luz azul?

Vía Pixabay

La luz azul puede dañar la piel, eso es un hecho, pero los científicos aún no saben qué fuentes de luz azul son más dañinas para los humanos. Su apuesta está en las pantallas y los dispositivos electrónicos, debido a que han demostrado que pueden aumentar la producción de ROS.

“Exponerse una semana completa a la luz azul de una pantalla, a una distancia de 30 cm, equivale a solo un minuto de sol de verano al mediodía” 

Jürgen Lademann, dermatólogo en el CEACP de Berlín

Sin embargo, la exposición de las pantallas es insignificante en comparación con la exposición a la luz azul del Sol. Por lo tanto, la mejor prevención es la prudencia en todos los escenarios. 

En la rutina diaria de cuidado cutáneo no deberían faltar los productos hidratantes con fórmulas ricas en antioxidantes. Tales como la vitamina C, el ácido ferúlico o la vitamina E, que son capaces de combatir la producción de radicales ROS. 

De igual forma, para prevenir el impacto de la luz azul en la piel, se pueden utilizar bloqueadores solares. Esta clase de productos buscan bloquear la entrada de luz en la dermis, por lo que, aunque la radiación UVB y UVA tengan sus particularidades, los productos de protección pueden utilizarse globalmente. 

Y no hay que olvidar lo más importante, ¿cuántas horas pasas frente a una pantalla?  Establecer periodos de desconexión lejos de la luz azul de una pantalla siempre es una buena recomendación, aunque sean solo 30 minutos. El cuerpo y la mente lo agradecerán.

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