Estudio acaba con la creencia de que la mayoría de las personas tienen deseos ilimitados de acumular riquezas

Un nuevo estudio acaba con la creencia económica de que todos los seres humanos están motivados por deseos ilimitados de acumular riquezas.

Esta creencia de que las personas tienen necesidades ilimitadas condicionó el pensamiento económico y las políticas gubernamentales por mucho tiempo. Además, habrían dado forma a gran parte de la sociedad moderna, incluida la publicidad y el consumismo.

Pero creer en este principio también ha tenido consecuencias nefastas para la salud del planeta. Esforzarse por aumentar continuamente la riqueza individual y perseguir un crecimiento económico interminable ha tenido un alto costo. A medida que ha aumentado la riqueza, también lo ha hecho el uso de los recursos y la contaminación.

Hasta ahora, los investigadores se han esforzado por encontrar formas apropiadas de desvincular el crecimiento económico de los principios económicos dañinos. Ahora, sin embargo, un nuevo estudio desafía la idea de que los deseos ilimitados por acumular riquezas son de naturaleza humana. Estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes para el planeta.

Vía Pexels.

Una encuesta para evaluar los deseos de acumular riquezas

Los investigadores encuestaron a casi 8000 personas de 33 países de seis continentes. A estas se les preguntó cuánto dinero querían para lograr su “vida absolutamente ideal”. En el 86% de los países, la mayoría de la gente pensó que podría lograr esto con US $ 10 millones o menos. Mientras que en algunos países con tan solo $ 1 millón.

Si bien estas cifras aún pueden parecer muchas, al considerar que representan la riqueza ideal de una persona durante toda su vida, son relativamente moderadas. Por dar un ejemplo, la riqueza de la persona más rica del mundo es de más de $ 200 mil millones. Este dinero es suficiente para que más de doscientas mil personas alcancen sus vidas ideales.

Los investigadores recopilaron respuestas sobre la riqueza ideal de personas en países de todos los continentes habitados. En todos los países se identificaron personas con necesidades ilimitadas, pero siempre fueron una minoría.

Descubrieron que aquellos con deseos ilimitados tendían a ser más jóvenes y habitantes de la ciudad, que valoraban más el éxito, el poder y la independencia. Los deseos ilimitados también fueron más comunes en países con una mayor aceptación de la desigualdad y en países que son más colectivistas: centrados más en las responsabilidades y resultados grupales que individuales.

A los investigadores les sorprendió mucho descubrir que la vida ideal de la mayoría de las personas es en realidad bastante moderada. Por lo tanto, esto podría facilitar que las personas se comporten de manera más alineada con lo que las hace realmente felices y, en consecuencia, apoyar políticas más fuertes para ayudar a salvaguardar al planeta.

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