POR QUÉ LA CRISIS CLIMÁTICA SE PARECE A UN COMETA DESTRUCTIVO QUE SE DIRIGE A LA TIERRA

La nueva película de Adam McKay compara a la crisis climática con un cometa de destrucción masiva que está a punto de impactar nuestro planeta.

A nadie nos gusta hablar del fin del mundo. Las visiones tremendistas generan reacciones estridentes. No obstante, el tema sigue generando fascinación. Más allá de elogios o críticas, Netflix vuelve a poner el dedo en el renglón y se integra a la tendencia pública sobre la crisis climática. No obstante, parece que el director estadounidense Adam McKay aprovecha la oportunidad para abordar otros temas con Don’t Look Up (2021), su más reciente largometraje.

El tema central es atacar la indiferencia pandémica y sus distintas manifestaciones en temas que debieran ser relevantes para cada uno de nosotros en particular. McKay intenta profundizar en la importancia de escuchar lo que la ciencia nos quiere decir.

 
 

A toda velocidad, contra la Tierra

crisis climática
Ilustración: Getty Images

Con un elenco estelar, Don’t look up está protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, quienes desempeñan los papeles Randall Mindy y Kate Dibiasky. Ellos son un par de científicos que descubren la trayectoria de un cometa del tamaño de una montaña que se dirige a un inminente choque con la Tierra.

Cuando los científicos quieren dar a conocer que la colisión podría acabar con el planeta, los líderes del gobierno de los Estados Unidos, los medios de comunicación y los empresarios no logran estar a la altura de las circunstancias. Lo que es más: no pueden tomar decisiones de acuerdo con el momento histórico que les toca vivir. El cometa parece una alegoría que sirve de advertencia para el cambio climático.

El largometraje ha sido clasificado como comedia y como drama por la sutileza de la crítica que plantea. Aunque no se nos será dado un final feliz, el tono irónico con el que se abordan los temas puede provocar algunas risas nerviosas. Para aquellas personas que estén enteradas sobre la crisis climática, todo suena muy familiar y lógico. Se capta la intención en primera instancia.

No obstante, McKay deja ver las frustraciones, debates y controversias que enfrentan los científicos Mindy y Dibiasky para ser escuchados. Nos desvela las diferentes barreras que se tienen que saltar para transmitir un mensaje catastrórfico: desde hacer que la ciencia sea comprendida en un lenguaje simple; vencer la frivolidad con la que se busca abordar los temas catastróficos; sortear los intereses de ciertos sectores empresariales; contener la visión obtusa del corto plazo hasta las tentaciones personales de ego y protagonismo.

Te sugerimos: Un estudio asegura que el colapso de la civilización mundial ocurrirá en 2040

Las gotas que derramarán el vaso

 
 

crisis climática

Fotografía: Kevin Mazur/Getty Images for Netflix

Todos estos ingredientes puestos en una receta que busca salvar el planeta y la vida de todos sin excepción y que han definido discusiones muy reales sobre la crisis climática en los últimos años.

Por supuesto, Don’t look up deja un regusto agrio, de temor inminente ante la catástrofe. Y no sólo es eso, también de frustración ante la frivolidad de los comunicadores —estelarizados por Cate Blanchett y Tyler Perry— que dan un sesgo al cubrir ciertos temas como el cambio climático o la pandemia; la indolencia política de una presidenta como Jean Orlean —protagonizada por Merryl Streep— que no es otra cosa que una alusión hacia Donald Trump que el público capta desde el comienzo de la película; de naufragio al ver como el New York Herald,un periódico que tiene buenas intenciones y está decidido a dar la noticia en forma objetiva del inminente desastre; de irritación ante la falta de interés por las redes sociales que se concentran en las bromas y no en tomar en serio un problema tan grave.

Así, cuando la noticia del cometa que puede destruir el planeta resulta ser de poco tráfico en Internet y la Casa Blanca niega algunos de los detalles de la historia, el Herald la abandona. Los científicos se quedan pasmados cuando se les aconseja que mantengan un tono ligero y que de preferencia sean discretos.

 

Dibiasky declara ante la cámara que “nadie dijo que el fin del mundo se supone que sea divertido“. Ésta es una frustración compartida por los científicos del cambio climático o los expertos virólogos con respecto a la pandemí—así como otros temas en el campo de las ciencias—, y de los periodistas serios, a quienes se les ha dicho en varios momentos que hagan que los hechos sombríos del cambio climático sean ligeros y accesibles.

¡No mires hacia arriba!

Don’t Look Up ofrece un retrato igualmente duro de las iniciativas del sector privado dirigidas al cambio climático. A medida que los líderes del mundo han luchado por implementar grandes programas de cambio climático, ellos mismos han recurrido al sector privado y han promocionado los programas impulsados por las empresas como una señal de éxito.

La presidenta Janie Orlean abandona los planes para que sea el gobierno quien se ocupe del cometa que se acerca rápidamente a colisionar con la Tierra, para trabajar en asociación con la compañía de un donante político. El objetivo es evitar una catástrofe mientras se gana dinero, un enfoque para abordar el cambio climático que se ha convertido en estándar en Wall Street y en Washington.

¿Orden y progreso?

¡No mires hacia arriba!“es el eslogan que usa la Casa Blanca —y da título a la película—, “Don’t look up, look down and walk forward”, aconseja la presidenta de los Estados Unidos arengando a los negadores de la ciencia. McKay decide dar fin a la película con una escena que nos lleva a la reflexión: en una cena tranquila con la familia y amigos de los científicos, momentos antes de que el planeta se enfrente a cierta destrucción, el personaje de DiCaprio ofrece una declaración simple pero cortante: “Realmente teníamos todo”.

Este recordatorio crítico de que nuestra civilización no puede darse por sentada. En este momento, podemos “tenerlo todo”, pero no hay garantías sobre el futuro si no lo tomamos en serio. Científicos, académicos y periodistas insisten sobre el punto una y otra vez: para inspirar acciones sobre el cambio climático, sobre como debemos —todos y cada uno de nosotros sin excepción— comprender que un mundo diferente, para bien o para mal, es posible e inminente. Somos el pivote que puede decidir un destino o el otro. En ese sentido, Don’t Look Up  es un valioso recordatorio y un buen correctivo: prueba de que el cambio climático se puede entretejer en la narrativa cultural de una manera entretenida y al mismo tiempo decir algo inteligente.

A Cecilia le gusta contar. Poner en secuencia números y narrar historias. Es consultora, conferencista, capacitadora y catedrática en temas de Alta Dirección. También es escritora. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *