¿POR QUÉ LA LUNA ‘DESAPARECIÓ’ EN 1110?, ESTUDIO REVELA EXPLICACIÓN
Hace casi un milenio, la Luna desapareció del cielo nocturno de la Tierra durante meses seguidos, dejando al planeta sin su lámpara natural, necesaria para iluminar la oscuridad de la noche.
“No sirve de nada recubrirlo con azúcar”: según un escriba en la Inglaterra medieval, el año 1110 d. C. fue un «año desastroso».
La lluvia torrencial dañó los cultivos, la hambruna acechó la tierra y, como si eso no fuera lo suficientemente malo, en una fatídica noche de mayo, la luna simplemente desapareció del cielo.
«En la quinta noche del mes de mayo apareció la luna brillando por la noche, y poco a poco su luz disminuyó», escribió el escriba no identificado en el manuscrito anglosajón conocido como la Crónica de Peterborough.
Agregó: «Tan pronto como llegó la noche, se extinguió tan completamente, que no se vio ni la luz, ni el orbe, ni nada en absoluto. Y así continuó casi hasta el día, y luego apareció brillando lleno y brillante».
¿Qué hizo que la luna desapareciera hace 900 años?
Según un reciente estudio publicado en la revista Scientific Reports, la explicación tanto del misterioso acto de desaparición de la luna como del verano devastador por la lluvia que siguió puede ser uno y el mismo: volcanes.
Ese día se produjo un gran trastorno en la atmósfera de la Tierra: una nube gigante de partículas ricas en azufre fluyó a través de la estratosfera, oscureciendo los cielos durante meses o incluso años, antes de caer finalmente a la Tierra. Este velo de polvo fue el motivo por el que “desapareció” por completo nuestro satélite y luego volvió a aparecer como si nada, explicó la investigación.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza) se dio a la tarea de revisar los núcleos de hielo de Groenlandia para identificar que, entre 1108 y 1113, se produjo una de las señales de deposición de sulfato más grandes del último milenio.
El hielo puede preservar la evidencia de vulcanismo en escalas de tiempo increíblemente largas, pero determinar la fecha precisa de un evento que aparece en las capas de un núcleo de hielo sigue siendo un asunto complicado.
“Durante mucho tiempo se creyó que eran producto de la erupción del volcán islandés Hekla en 1104”, explican, “pero sabemos que realmente hacía referencia a una erupción tropical acontecida en el año 1108.”
¿Cómo lo descubrieron?
Existen varias pruebas que respaldan esta interpretación. El primero es la presencia de sulfatos en los núcleos de hielo de Groenlandia. Y no cualquier depósito antiguo, sino el depósito más grande del último milenio.
Los científicos habían asumido que el depósito de sulfuro había sido dejado por una gran erupción desatada en 1104 por el volcán Hekla de Islandia, también llamado ‘Puerta del Infierno‘.
Dado que la delgada franja de hielo se encuentra entre las señales de deposición de sulfato más grandes del último milenio, sonaba plausible. Pero en la última década los investigadores descubrieron que las fechas del núcleo de hielo estaban ligeramente apagadas, moviendo el depósito a 1108.
Para explorar más esta idea, el equipo combinó datos de los núcleos de hielo con relatos históricos de todo el mundo.
Entre 1109 y 1111, hay informes de hambrunas en Europa occidental relacionadas con cambios dramáticos en el clima, así como el registro del eclipse lunar totalmente oscuro; todo ello coincide con la historia revelada en los núcleos de hielo.
«LOS ESPECTACULARES FENÓMENOS ÓPTICOS ATMOSFÉRICOS ASOCIADOS CON LOS AEROSOLES VOLCÁNICOS A GRAN ALTITUD HAN LLAMADO LA ATENCIÓN DE LOS CRONISTAS DESDE LA ANTIGÜEDAD», ESCRIBIÓ EL EQUIPO.
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El volcán responsable de la nube de azufre que ocultó la Luna fue el Monte Asama de Japón, que produjo una erupción colosal durante meses en 1108 y cuya erupción posterior en 1783 mató a más de 1,4000 personas.
Puede que no sea el único factor de este evento, aseveran los científicos, pero confían en que desempeñó un papel clave y que la nueva datación de los núcleos de hielo es correcta.
A pesar de que la Luna que «desapareción» en 1110 es un evento bien conocido en la historia de la astronomía, los investigadores nunca habían sugerido que podría haber sido causado por la presencia de aerosoles volcánicos en la estratosfera, aunque esa es la causa más probable, sugiere el nuevo estudio.
«Observamos que no se pudo encontrar ninguna otra evidencia de velo de polvo volcánico, como una oscurecimiento del Sol, resplandores crepusculares rojos y / o halos solares rojizos, durante nuestras investigaciones durante los años 1108–1110», escribieron los investigadores.