CÓMO LIDIAR CON LA DECEPCIÓN, EL GRAN RETO DEL TERCER AÑO DE PANDEMIA

Ante los retos severos que ha traído la pandemia, sentir decepción es natural. Éstas son algunas señales de alarma para buscar ayuda.

Ya casi se cumplen dos años. Después de más de 20 meses de encierros intermitentes, pérdidas y crisis, naufragar en la desesperanza parece una reacción natural. Además de llevarse cerca de 5.5 millones de personas alrededor del mundo, la pandemia por COVID-19 le ha arrancado la estabilidad emocional a un número inconmensurable de personas.

Por ello, de acuerdo con el psicólogo clínico Francisco Díaz, la decepción es uno de los grandes obstáculos a los que la humanidad se enfrentará en 2022: el tercer año de pandemia. Para evitar caer en este estado, el experto sugiere prestar atención a algunos signos, síntomas y señales de alarma. Esto fue lo que nos compartió en una entrevista exclusiva para Muy Interesante México, en el marco del Día Mundial contra la Depresión.

 

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Resiliencia, la clave para navegar mejor otro año pandémico

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Fotografía: Marcos del Mazo/LightRocket via Getty Images

De acuerdo con Díaz, durante el tercer año de pandemia, la humanidad tendrá que enfrentarse a la decepción constantemente. Entre las promesas de avances científicos y el franco hartazgo que genera la aparición de nuevas variantes, es común sentir que la crisis sanitaria no tendrá fin.

Ante ello, el experto de Doctoralia señala lo siguiente:

“El mayor reto [para la humanidad] es anímico. […] El primer reto es la decepción que se llevan las personas de pensar que las cosas van a mejorar, cuando posiblemente no sea así“.

Por ello, Díaz recomienda fortalecer el sentido de resiliencia. La capacidad de adaptación es clave para poder sobrellevar un tercer año de pandemia, según su experiencia clínica. “La ‘nueva normalidad‘ viene acompañada de cosas que ya no podemos hacer”, explica. Por lo cual, generar expectativas poco aterrizadas conduce a la decepción en el tercer año de pandemia.

Para profundizar en el concepto, el psicólogo hace una metáfora con las propiedades de los metales:

“En la física, la resiliencia es la capacidad de los metales para someterse a pruebas sin perder sus propiedades”, dice. “En los seres humanos, aplica con las situaciones que ponen a prueba nuestra fuerza, y aún así salimos adelante”.

Por naturaleza, explica el psicólogo, los seres humanos somos residentes. Sin embargo, la decepción en la pandemia puede ser severa. Por ello, Díaz destaca algunas señales de alarma para evitar caer en un estado de depresión, o tener consecuencias más duras a largo plazo.

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¿Cuáles son las señales de alarma?

 

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GETTY IMAGES

“El estado de indefensión es cuando sentimos que no tenemos nada en nuestras manos para sacar una situación adelante”, explica Díaz. Es este mismo sentimiento el que inhibe la capacidad de analizar las situaciones objetivamente, desde una perspectiva más aterrizada.

Este sentimiento, si no se atiende oportunamente, puede llevar a un estado de depresión severo, dependiendo de la situación, el contexto y la persona. Ante ello, Díaz identifica algunas señales de alarma para tomar en cuenta:

  1. Aislamiento excesivo: las personas prefieren estar solas con sus pensamientos, en lugar de hablar sobre sus problemas con los demás.
  2. Lenguaje desesperanzador o totalitario: alguien con un cuadro depresivo empieza a preguntarse ‘para qué’ hace las cosas si no tienen sentido, o a ver las situaciones sólo en blanco y negro, sin matices.
  3. Cambios de humor: las personas con una decepción profunda tienden a sentir enojo, tristeza o irritabilidad fácilmente.
  4. Descuido de la imagen personal: a falta de un sentido de control de sus vidas, dejan de bañarse, de asear su espacio personal, o incluso, se saltan comidas.

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Por más que el sentimiento pueda ser sobrecogedor, no quiere decir que estemos destinados a perder la esperanza. La decepción que genera la pandemia es real. Sin embargo, es posible mitigarla con una red de apoyo sólida. Saber con quién contamos para tener contención, o simplemente hablar cuando nos sentimos mal, es fundamental para que las personas fortalezcan su estabilidad emocional.

Aunque las consecuencias físicas de la pandemia por COVID-19 son más evidentes, el cuidado de la salud mental ha sido una sombra que ha acompañado al mundo desde 2020. Sobrepensar, decepcionarnos y sentirnos tristes es natural. Muchas veces, está fuera del control de la gente. “El resiliente no es aquel que puede hacerlo todo”, concluye Díaz, “sino quien puede sobrellevar la vida con el dolor que representa lo que está sufriendo”.

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