Miedo domina en época de pandemia

 

Por: Luis Enrique Ramírez

El cambio abrupto en la rutina y el confinamiento tras la aparición del covid-19 se ha hecho notar en la salud mental de la gente, causando en ellos crisis de angustia y de ansiedad, pues este estado ha delimitado que la sociedad se mantenga resguardada en casa, sin poder salir, sin tener variedad en las actividades y cambiando la dinámica del día a día.

Bajo esa premisa Render Zacatecas acudió con la psicóloga clínica Aimé Alanis Perez, quien explicó como se ha mal interpretado el hecho de que el estado destaca por su riesgo alto de contagio, usando esta información a su favor y entenderla como una posibilidad de salir a las calles, todo derivado de la desesperación de estar 2 meses encerrados en casa.

“Mucha gente sí tuvo el cansancio de estar encerrado y con una visualización de no estar tan peor y ser el osasis de México y lo vieron como una oportunidad de salir. A veces escuchamos solo lo que queremos escuchar y mucha gente, a lo mejor por el cansancio de estar encerrado o la misma necesidad económica de salir tiende a salir” explicó.

Pero no solo la ansiedad domina a la sociedad, sino el miedo generado por el bombardeo de información negativa que muestra los casos de infección o las muertes por covid llena de miedo a la población o bien, teorías enfocadas a una invasión o al nuevo orden mundial, generando un miedo que puede actuar de diversas formas; dejando dentro de casa por un lapso mayor y alejándonos aún mas de la gente o bien, como un escudo que aleja y niega de la realidad.

“A través de la negación, nos da seguridad. El miedo tiene muchas caras y formas, el decir <<no existe>> en forma de resistencia. El miedo es necesario es nuestra vida ya que es lo que nos hace sobrevivir, el miedo nos hace estar en alerta y resguardarnos, pero cuando exacerbamos en este tipo de emoción y generamos angustia el miedo no nos sirve para la función ni salvaguardarnos, sino nos empieza a paralizar y se vuelve un obstáculo en nuestro desarrollo en una vida normal.”

Derivado de esto, Render Zacatecas se dio a la tarea de preguntar a los transeúntes durante su primer y segundo día incorporándose a lo que sería la ‘nueva normalidad’ las razones por las que se decidió hacer caso omiso al uso de cubrebocas, pues la reapertura de establecimientos y reanudación de actividades no es señal de un fin en la pandemia, sino que la economía en México y el Estado no puede continuar pausada.

Un total de 45 personas fueron entrevistadas en su totalidad, se dio prioridad a aquél sector de la población que durante el primer día en la nueva normalidad, omitió el uso del cubrebocas para conocer los motivos; asimismo, otra parte de los encuestados son parte del sector contrario que transitaba las calles con las herramientas adecuadas para la prevención del virus (guantes, cubre boca, máscara, etc).

Sólo un 33% de los entrevistados (15) afirmó “no tener miedo al coronavirus” pues sostienen que “no hay pruebas de que el virus pueda existir” e incluso parece algo ‘enigmático’ que las personas mueran y se determine, finalmente, que es el COVID-19 una de las principales causas.

Por otro lado, el 67% restante (30) señaló que el virus que detonó la pandemia, es de alta peligrosidad. Además, se mantienen a salvo “para evitar contagiar a quienes podrían ser parte de la población de riesgo en casa”, siendo adultos mayores con enfermedades adicionales, hipertensión, obesidad, problemas respiratorios, tabaquismo, etc; asimismo, algunos hicieron mención de conocer a un caso cercano a ellos, por lo que se tiene una noción del proceso que atraviesan los casos positivos.

Y así como también explica la sicóloga Aimé Alanís, todas las vertientes y teorías generan desinformación en la gente, por lo que recomienda mantener distancia con los medios informativos, enfocado su atención en actividades que anteriormente por falta de tiempo no eran consideradas en la rutina del diario, como leer, convivir o jugar en familia y aprender nuevas cosas.

“Hay sobre información, hay demasiada información que es la que nos llega a hacernos sentir perturbados”.

El futuro es incierto pero para llegar a un panorama favorecedor la conciencia de la ciudadanía debe hacerse presente, cambiando sus hábitos y que puedan mejorar el nivel de vida, y aunque haya quienes no cambien después de la pandemia, solo queda hacer un análisis de lo que se busca ofrecer tanto a nuestra familia como a nosotros mismos.

RENDER

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