¿Qué son las eyecciones de masa coronal y cómo nos afectan?

Cada cierto tiempo, el Sol entra en erupción. Y cada vez que lo hace, libera nubes de energía a la atmósfera que son disparadas a toda velocidad. A estas partículas calientes de plasma se les conoce como “eyecciones de masa coronal” o simplemente CME, por sus siglas en inglés.

Para el Sol, la explosión de energía es vital durante una erupción, ya que evita que estalle su núcleo. Pero para la ciencia, las eyecciones de masa coronal son motivo de alarma, pues las gotas de plasma caliente tienen efectos bastante desagradables en los planetas del Sistema Solar. Especialmente en la Tierra, que siempre acaba siendo el blanco de estas tormentas.

¿Cómo se forman las eyecciones de masa coronal?

Vía Pixbay

Las CME se originan cuando el campo magnético del Sol está más inestable, que es cuando ocurren también las erupciones solares.

Durante la reconexión magnética que hace el Sol para equilibrar su temperatura, los campos solares se atraen y se separan violentamente varias veces. A medida que la velocidad aumenta, se van formando bucles y manchas en la superficie solar. Cuando una de ellas se comprime, es que se foman las eyecciones de masa coronal. La presión libera una enorme burbuja de gas caliente que rompe el campo de atracción gravitatoria del Sol y se escapa al espacio.

Estas CME recién formadas tienen una temperatura superior a los 20 millones de grados Celsius. Además, pueden viajar a una velocidad superior a los 600 mil kilómetros por hora, por lo que son prácticamente “meteoritos de plasma”. 

El problema de las eyecciones solares

Vía Pixabay

Lo triste, es que estas eyecciones de masa coronal no orbitan libremente por el espacio. Por lo general, son atraídas por otros campos magnéticos dentro del Sistema Solar, como el terrestre. Lo que hace que cambien de órbita a una velocidad aún mayor para producir un impacto atmosférico en menos de 84 horas.  

Según el Observatorio Solar y Heliosférico, en este último año 2022 se han dado cerca de 20 erupciones de masa coronal, y casi todas han impactado contra la Tierra.

En un principio puede parecer que estos choques son inofensivos, ya que hemos vivido varios y solo parecen producir auroras boreales brillantes y duraderas. Pero a largo plazo pueden resultar dramáticas, pues cada choque está distorsionando fuertemente el propio campo magnético de la Tierra, conocido como “magnetosfera”.

 

Normalmente, la magnetosfera se comprime en el lado que apunta hacia el Sol para desvíar el viento solar y el plasma. Es gracias a eso que evitamos el calor y el impacto de las eyecciones de masa coronal. Sin embargo, ciertas partículas energéticas pueden quedar atrapadas si las contracciones son muy frecuentes, formando lo que se conoce como “cinturones de radiación de Van Allen”. Es decir, campos magnéticos en donde las partículas de la Tierra y del Sol chocan constantemente.

Mientras más partículas se junten, más deformaciones sufrirá la magnetosfera. Lo que significa que el delicado equilibrio físico y magnético de nuestro planeta se rompe.

¿Las eyecciones de masa coronal pueden destruir el campo magnético terrestre?

Créditos: Código Espacial

Aunque no nos demos cuenta, nuestro planeta está sufriendo actualmente una inducción electromagnética. Las corrientes eléctricas que fluyen a través de su campo están cambiando de dirección constantemente, y como resultado, la precisión de los aparatos tecnológicos ha bajado. 

Los GPS y GNSS ahora son más propensos a fallar durante una navegación satelital. Los móviles tampoco se libran de sus efectos, ya que les resulta más difícil conectarse a los datos y las redes inalámbricas. Y las redes eléctricas suelen dañarse con más rapidez. Todo por culpa de las eyecciones de masa coronal. 

“Unos 47 satélites han experimentado fallas debido a daños por radiación o por la carga eléctrica estática que se acumula en la superficie. Incluso los astronautas a bordo de la ISS se han visto obligados a retirarse a las partes más protegidas de la estación”.

NASA Solar and Heliospheric Observatory (SOHO)

Aunque puede que su presencia en el planeta no sea del todo trágica, ya que fue gracias a estos efectos que en 1859 pudo detectarse la primera eyección solar que llegó a la Tierra. Época en la que se perdieron las comunicaciones por telégrafo, y salió en primera plana la Vía Láctea que antes no podía verse por la contaminación lumínica.

Los científicos dicen que estos cambios en el campo magnético no son dañinos para el ser humano, por lo que nuestra supervivencia no está en riesgo. 

De lo que debería preocuparnos, dado a que de momento no se puede predecir la aparición de estas CME, es nuestra dependencia hacia la tecnología. Principalmente porque si el Sol sigue lanzando plasma de esta manera tan violenta, lo más seguro es que en un futuro las comunicaciones no sean tan globales como ahora.

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