¿No usas zapatos deportivos para caminar? Te explicamos por qué deberías
Los zapatos deportivos pueden ser mucho más cómodos que el calzado convencional, y hacernos correr mucho más rápido, pero ¿se pueden usar para caminar?
Aunque suene un tanto absurda la pregunta, hay quienes se cuestionan a diario si los zapatos deportivos pueden dañar las articulaciones de los “no deportistas”, ya que no están adaptados a la posición del pie al caminar. Es decir, a mantener la suela plana en lugar de alzar la punta del pie para trotar.
Pero no tienen de qué preocuparse, los zapatos deportivos pueden usarse también para caminar. Eso sí, siempre que estén nuevos y sean únicamente nuestros. No vale ponerse un par de zapatillas viejas del abuelo para salir a caminar.
Las diferencias entre correr y caminar no son un riesgo
A diferencia de las pantuflas o sandalias, los zapatos deportivos son mucho más robustos. La mayoría tienen una capa interna que protege al pie de la lluvia o el barro, así como una entresuela mucho más dura que evita las caídas o torceduras. Esto debido a que fueron diseñados específicamente para adaptarse a la tensión muscular que ocurre en el pie al correr, y a los obstáculos que pueden aparecer en el entorno.
Sin embargo, el que no hayan sido pensadas para caminar no significa que sean malas en ello.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Biomech, la propulsión y el apoyo mecánico que realizamos al correr es similar al que ocurre cuando caminamos. Con lo cual los zapatos deportivos pueden ser un muy buen calzado para salir a la calle o ir a la escuela.
En especial, usar este tipo de zapatos en las aceras brinda una mayor comodidad, ya que la goma interna se ajusta al pie y amortigua el impacto del talón contra el pavimento.
Algo que no ocurre con otros calzados mucho más suaves pues, al ser blandos, el tobillo se endurece para reducir el impacto con el piso. Lo que al cabo de 30 o 60 minutos genera dolores musculares e incluso hinchazón en el pie.
Por lo tanto, usar zapatillas de running a diario es la mejor opción para todos, deportistas y no deportistas.
Entonces… ¿Por qué la gente duda al caminar con zapatillas deportivas?
Lamentablemente, todos estos beneficios de los zapatos deportivos están limitados a qué tan nuevo es el calzado.
Como sabemos, las zapatillas tienen una vida útil muy corta, de los 8 mil a los 10 mil kilómetros, por lo que una vez que se supera esa marca, el ajuste se pierde.
Las gomas que antes mantenían al pie firme se aflojan, y la suela tiende a ensancharse. Por lo tanto, el zapato deportivo se convierte en una sandalia más para caminar. Lo que puede ocasionar varias lesiones, en concreto:
- Irritación por el roce del pie que está ahora flojo dentro del zapato.
- Torceduras en el talón.
- Hinchazón en las articulaciones y tejidos blandos del pie, por la falta de soporte.
- E incluso enfermedades como el tendón de Aquiles.
Pero estos problemas no son inherentes en todos los zapatos deportivos. Solo ocurren con los modelos desgastados, al igual que suele pasar con otros tipos de calzado cuando se rompen al caminar.
En este sentido, el único riesgo de caminar con zapatos deportivos es la posibilidad de resbalarse por utilizar modelos que no tengan el suficiente agarre.
Cómo elegir los zapatos perfectos para caminar
Por fortuna, la solución para estos riesgos es bastante simple, y consiste en comprar un par de zapatos deportivos que utilicemos únicamente para caminar.
Algunos deportistas suelen considerar a sus zapatillas de entrenamiento como su único calzado diario. Con lo cual, se arriesgan a que la goma y el soporte se desgasten mucho más rápido de lo que debería. Algo similar a lo que ocurre con los jóvenes que deciden utilizar sus zapatos deportivos de gimnasia para caminar el resto del año.
Para los expertos, este es un mal hábito. Cada persona debería comprarse un calzado específico para caminar. Si disfruta de la comodidad y la sujeción, entonces debería comprarse unos zapatos deportivos. Pero si por el contrario prefiere la suavidad, puede optar por un par de zapatos más convencionales.
Lo importante es que camine en un calzado firme, que no esté ni muy suelto ni muy ajustado. Debe haber aproximadamente la mitad del ancho de los pulgares al final para permitir que el talón se mueva y camine con normalidad. Algo que ofrecen las zapatillas de senderismo y las de trail running, por lo que si aún tenemos un calzado favorito para caminar, podríamos darle una oportunidad a estos zapatos deportivos.